Cántabros en México

La Ciudad de México, antes llamada Distrito Federal, crece y crece. Viven en ella cerca de veintidós millones de personas, lo que la convierte en la mayor urbe de habla hispana y la sexta del mundo. Acoge, además, a gran parte de los ocho mil cántabros residentes, porque si México ha sido siempre el principal destino de la emigración montañesa a América, junto a Cuba y Argentina, todavía hoy recibe a paisanos nuestros que buscan una vida mejor. No todos salieron de Cantabria por razones políticas o económicas. Juan Manuel González Noriega, anterior presidente del Montañés, impulsor del nuevo centro y dueño de La Estrella, la cadena de pastelerías y panaderías en las que se fabrica y distribuye el corbatín –una versión mexicana de las corbatas de Unquera–, lo hizo «siguiendo los caminos del amor», según me contó hace unos años.

Empresarios montañeses como Santiago Galas, Ángel Losada, Eulalio Ferrer, Gómez Cuétara, Tagle, Abascal, Cossío, Guerra, Escandón, Sedano, Cuevas, Setién o Collado son historia de Cantabria y de México. Hasta el actual presidente de la nación, Andrés Manuel López Obrador, quien honra este año a Pancho Villa, tiene raíces en Ampuero. Hoy, con Julio Gómez al frente de una directiva renovada, la Asociación Montañesa, el Montañés, encara un futuro consolidado. Su sede de dos plantas y nueve mil metros cuadrados, incluida en el edificio Corporativo Lomas Cantabria, les dota de autonomía financiera. El Montañés dispone de bolera, aparcamientos, salón de actos, cafetería, restaurantes, áreas de actividades y locales comerciales cuyos alquileres hacen rentable a una de las Casas de Cantabria más importantes del mundo.