Secciones
Servicios
Destacamos
A l mundo le falta dirección política, según José Mujica, el hombre de vivir austero cuyo modesto patrimonio no creció al instalarse en la residencia presidencial custodiada por el Regimiento de Blandengues. El antiguo guerrillero tupamaro y respetado exdirigente uruguayo hizo realidad el sueño de ... Miguel Ángel Revilla con su visita a Cantabria de hace siete años, pero la admiración universal hacia Mujica no es tanta como para seguir su ejemplo, de la misma manera que no convenía antaño imitar el proceder de algunos curas de púlpito elevado sino apreciar su consejo. Mujica fue senador antes de regresar a su granja humilde de las afueras de Montevideo con su mujer y su perro de tres patas, nunca se consideró pobre porque le basta con poco, quiso dar un paso atrás en favor de los jóvenes y dejó dicho, al retirarse, que «hay un tiempo para llegar y otro para irse».
Cantabria habita en el esperpento, y aunque la mayoría de los memes tienen origen en los méritos propios, alguna culpa es ajena. La popularidad que acapara su presidente no viene dada por el rigor y el buen gobierno sino lo contrario. La imagen proyectada al resto del país es la de la superficialidad y la chirigota, más de acuerdo con el teatro de variedades que con la gestión responsable de una comunidad autónoma. Por ello, curado de espanto, y a la vista de la ineficacia crónica de los unos y de los otros, de Puertochico y de la Moncloa, el ciudadano se mueve entre la indignación y la guasa. Revilla exige que rueden cabezas porque los trenes destinados a Cantabria no caben en los túneles, y arden las redes ante la realidad de una chapuza de tanta envergadura que nos condena a mantener durante años trenes obsoletos en nuestras tercermundistas comunicaciones.
Si bien este suceso, grave y cómico, eleva el despropósito a alturas inimaginadas, es el final adecuado de una legislatura perdida. Un presidente a tiempo parcial prometió todo, cual es costumbre, sin conseguir nada, como es costumbre también. Un balance que nos conduce al aislamiento. Ni tren rápido a Bilbao ni alta velocidad en décadas ni mejoras en Cercanías. En los juegos de cortar cabezas han caído las de los responsables técnicos de Renfe y Adif, pero no otras de vacío contrastado, a pesar de que tenemos experiencia en estos menesteres. Zuloaga, la parte socialista del bipartito, ha cambiado a cuarenta y dos altos cargos en tres años y medio. La situación política en Cantabria y en España permite preguntar en manos de quién estamos. Ya dijo Mujica, el presidente más pobre del mundo, admirado por Revilla, que «hay un tiempo para llegar y otro para irse».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.