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La Ley de parsimonia o navaja de Ockham establece que la explicación más sencilla suele ser la correcta, siempre que las condiciones sean iguales. Aunque el también llamado principio de economía se aplica especialmente al método científico, es de utilidad en campos diversos. Como lógica ... consecuencia de la teoría expuesta por el monje y filósofo Guillermo de Ockham, no deben considerarse alternativas innecesarias, de modo que las soluciones simples son preferibles a las complejas. Las quejas habituales entre la clase política sobre la pérdida de vida familiar y social a causa de una actividad pública absorbente y sin horarios, es decir, el sacrificio por la comunidad, encuentra una respuesta inmediata en la navaja de Ockham, la de irse a casa. Ni Cantabria exige tanta entrega ni nadie es imprescindible ni la dedicación a la política es obligatoria.
El mayor caso conocido de corrupción en la historia reciente de Cantabria, destapado por el celo de la Agencia Tributaria y no por el control del Gobierno autónomo, dio lugar a la petición de responsabilidades políticas. Siguiendo la tesis defendida por el presidente Revilla en situaciones similares, deben rodar cabezas al más alto nivel en la Consejería de Obras Públicas, culpables por omisión. Pero no es lo mismo predicar que dar trigo, y no puede descartarse, según los grupos opositores, que todo quede en nada sin una presión insistente. Pelillos a la mar y el polvo bajo la alfombra con elecciones a la vista. El consejero Gochicoa dio la cara desde el principio, mas no dimite con un argumento que suena pueril –«eso sería lo fácil ahora»–, al igual que las menciones a la ausencia de vida personal y lo escaso de un sueldo que no compensa, ligeramente superior al que percibía como funcionario.
La trampa consiste en lo que no se cuenta. Siendo cierto que la política no conlleva alteraciones económicas significativas en algunos casos, y dando por sentada la honradez, los beneficios son inmensos. Entre ellos, la atención mediática y los contactos que da el poder, el coche oficial y el despacho, la relación con las primeras autoridades del país, la gratuidad en espectáculos, las dietas, los viajes y, fundamentalmente, la notoriedad. ¿Quién sería hoy Revilla, por ejemplo, sin las televisiones y los periódicos? En estos tiempos agitados, con el Gobierno bipartito y bipartido trasladándose de un escándalo a otro, es oportuno recordar el pensamiento de El Perich, uno de nuestros grandes humoristas, tras la desaparición de la censura: «Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».
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