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Votar y botar tienen un significado similar en unas elecciones, las del domingo, en las que tanto se juega Cantabria. Votar la candidatura de un partido, y no de otro, es una acción voluntaria y directa. Botar, en el sentido de echar fuera a alguien ... o algo, es la lógica consecuencia de lo anterior. En no pocas ocasiones votamos lo conveniente, y no lo que se prefiere, para evitar que gobierne lo indeseado. Es el llamado voto útil. Pero, ya que la falsedad no penaliza en política, el valor de la opinión ciudadana expresada en las urnas es relativo, salvo en los casos en los que se logra una mayoría suficiente. Ahí está el ejemplo del presidente Sánchez. Quien lo votó en su día, confiando en su palabra de no pactar con golpistas (ERC) ni condenados por terrorismo (Bildu) contempla cómo son los bastones en los que se apoya a cambio de contrapartidas indecentes.

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eldiariomontanes El tiempo de votar y botar