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Q uienes simpatizan con Pablo Diestro, dentro y fuera del PRC, creen que cuenta con muchas opciones de imponerse a Paula Fernández en las primarias ... que consagrarán al sucesor de Miguel Ángel Revilla en el cartel electoral del regionalismo. Eso se verá cuando el 4 de mayo se democraticen las urnas del proceso interno, cuando la nobleza regionalista que hace unos días avaló a Paula de manera contundente y a Pablo por la mínima, y al tiempo apartó de la carrera sucesoria a Javier López Estrada y a Guillermo Blanco, dé paso al pronunciamiento de los militantes. Desde el otro lado, crecidos por el respaldo en la fase preliminar, aconsejan a Diestro que negocie la candidatura única con Fernández como líder y se evite así dos derrotas seguidas frente a la secretaria de Organización que maneja los entresijos del partido en este tiempo de transición que marca el relevo de Revilla. Los dos candidatos hablan y no avanzan: el consenso es aún posible, pero parece lejano.
Paula Fernández invita a la integración a su adversario interno, pero Pablo Diestro se muestra dispuesto a pelear por el respaldo de los afiliados. Todo puede pasar hasta primeros de mayo, en el tiempo de reflexión de la Semana Santa y en la posterior campaña de las internas. Diestro ha tenido una trayectoria zigzagueante: era y es uno de los alcaldes potentes del PRC que se había descartado para la sucesión, la última vez poco antes de la interna, había trabajado en sintonía con Paula Fernández en lo que pudiera llamarse precampaña y finalmente se decidió a hacer caso a quienes le animaron a competir por encabezar la candidatura autonómica.
La diputada y secretaria de organización, 54 años, supone la continuidad del PRC, el que gobernó en alianza con el PSOE en el Gobierno y ahora está en la oposición. Fernández asume también el desafío que supone el liderazgo femenino, un ámbito en el que el PRC había avanzado con dificultad hasta hace unos años.
Por su parte, el alcalde de Reocín, 12 años más joven, aspira a una drástica renovación del partido en la era post-Revilla y por eso insiste en que se vote en mayo. A ella se le adjudica un sello más progresista y a él el sentido práctico de los regidores. Tras el fracaso regionalista en los comicios de 2023 fue una de las voces que exhortaron a Revilla a entablar una buena relación con el PP de Buruaga que llegaba al poder, que repercutiera en favor de los 35 municipios gobernados por el PRC.
Tanto es verdad que Fernández ganó con gran autoridad la pugna de los avales –si le quita uno más a Diestro se queda sola en la carrera– como que la votación definitiva en mayo es distinta, sin duda más abierta, menos controlada. Cualquier pronóstico es arriesgado, hasta el cálculo de la participación. El PRC maneja la cifra de 8.000 afiliados, que es sólo orientativa. El PP proclamaba 14.000 militantes cuando en la primera vuelta del congreso de 2017 que enfrentaba a Diego y Buruaga sólo fueron a votar 2.980, aunque había que estar al corriente de pago del carné y ahora en el PRC no van a ser tan estrictos.
Si se mantienen en liza los dos candidatos, en la campaña de captación de apoyos tendrán algún papel los dos perdedores, sobre todo Javier López Estrada, y Guillermo Blanco en su medida. Por ejemplo, la agrupación de Torrelavega que sustenta al primero no se va a movilizar tanto en un rol subalterno como si fuera la pelea por el premio 'gordo' para su paladín, pero puede propiciar la victoria de Diestro. A cambio, quizá algún puesto noble en la lista electoral dentro de dos años. También Paula Fernández negociará los refuerzos que pueda para consolidar su ventaja en la interna.
Las primarias del PRC se han convocado exclusivamente para elegir al sucesor de Revilla como candidato autonómico en los comicios de 2027. Nada más. Se ha dicho y escrito tantas veces que debería estar muy claro para los interesados directos y para los observadores independientes, pero en ocasiones el futuro orgánico del partido se mueve en una nebulosa que cuesta desentrañar.
En principio, Miguel Ángel Revilla permanecerá como secretario general del partido hasta el congreso ordinario del año preelectoral, a finales de 2026, y entonces será elegido su sucesor en la jefatura del partido. Esta maniobra consagraría la bicefalia que el PRC toma como ejemplo del PNV, pero sólo desde que la fortaleza de Revilla declina; en pleno vigor del jefe nunca se planteó separar el mando partidario y la candidatura electoral.
En estas semanas de debate interno en el regionalismo, los aspirantes al cartel electoral se han mostrado bastante elusivos respecto a la famosa bicefalia. Eso de renunciar cuando toque a la secretaría general, a no tener toda la influencia posible a la hora de marcar las estrategias del partido y de confeccionar las listas electorales no parece que les convenza. Queda mucha tela que cortar sobre el futuro del PRC.
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