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Cuando termine la legislatura, en la primavera de 2027, Gema Igual tendrá 53 años, cumplirá 24 en el Ayuntamiento –un récord en el Consistorio santanderino– y diez años y medio desde que se convirtió en la primera alcaldesa de la capital. Llegó a la política ... con Gonzalo Piñeiro, fue luego la mano derecha de Íñigo de la Serna y ya como regidora transitó desde un convulso pacto de gobierno PP-Ciudadanos hasta una rotunda mayoría absoluta que supone la culminación de su liderazgo político. Gema Igual se ríe y no suelta prenda al hablar sobre el futuro. Falta mucho para las próximas elecciones, es verdad, aunque en el PP, y también fuera del partido, creen que todavía tiene mucho recorrido en el Ayuntamiento, entre otras cosas porque no se vislumbra un sucesor o sucesora con garantías de mantener el gran bastión popular.
Lo que si admite Igual es que vive su mejor momento político desde su triple condición de alcaldesa con mayoría, diputada regional como número dos de la lista autonómica del PP y vicepresidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias: arropada por la cúpula nacional, valorada por el partido en Cantabria, confortada por la confianza mayoritaria de los santanderinos.
En las sesiones del Parlamento, Gema Igual sigue despachando los asuntos de Santander desde su ordenador portátil. Todavía no se ha estrenado en el atril de oradores. Está de oyente, igual que su antecesor en la Alcaldía, Íñigo de la Serna, cuando permaneció silente en la Cámara hasta que la dejó cuando Rajoy le nombró ministro. La alcaldesa tiene la idea de que intervenir en la Cámara para los asuntos de la capital solo serviría para conceder más margen de crítica a la oposición en el Parlamento y en el Ayuntamiento.
En la nueva legislatura, Gema Igual ha introducido cambios políticos y de gestión para afrontar una legislatura en la que no faltarán los problemas y los rifirrafes con la oposición como en los últimos años a propósito del servicio de limpieza o la ausencia de presupuestos, aunque ahora la mayoría absoluta seguramente los hará más llevaderos. La más importante novedad viene dada por el nombramiento como presidente de la Autoridad Portuaria de César Díaz, la pieza clave en los gobiernos municipales de De la Serna e Igual. Sin una mayoría a la alcaldesa le hubiera sido más difícil prescindir de Díaz, que merece el premio más codiciado de la Administración en Cantabria y viste bien el nuevo cargo. Es ingeniero de Caminos, la casta dominante en las altas instancias de la institución portuaria, y reúne conocimiento y experiencia para impulsar lo que se ha dado en llamar la integración puerto-ciudad, que es algo más complejo, creativo y trascendente que derribar la valla que los delimita, como pregonaba el PP en los años del cambio de siglo.
Un aspecto algo malicioso del caso: a la cúpula del PP no le gustaría que César Díaz sea visibilizado a lo largo de su gestión como el presidente portuario que ha colocado Gema Igual y no el que ha designado María José Sáenz de Buruaga. Aunque para decirlo todo: la relación entre las dos mujeres y cargos más importantes del PP cántabro se ha normalizado mucho desde el congreso del partido y el posterior triunfo electoral para bien del partido.
Lo que no se ve en el equipo de gobierno de Gema Igual son potenciales aspirantes a tomar el relevo a su debido tiempo. No se perciben a día de hoy esos altos perfiles políticos imprescindibles para quienes se asoman desde los carteles electorales. Ni entre los concejales veteranos, ni entre los nuevos. Ni quien hereda las áreas de gestión de César Díaz, que es Agustín Navarro, ni Margarita Rojo, nueva teniente de alcalde y portavoz.
En el PP no le conceden mucha importancia a ese hipotético vacío sucesorio. Salvo que en algún momento sea llamada a la política nacional o que ella misma quiera tomarse una pausa, Gema Igual es muy joven todavía, con mucho recorrido político por delante en Santander y en Cantabria.
Tampoco en los partidos de la oposición las cosas están claras en el largo plazo, salvó quizá en el PSOE. Al día siguiente de la derrota electoral, Daniel Fernández se puso a la tarea de repetir como candidato en mayo de 2027. Mientras, en la militancia socialista santanderina se discute si es más eficaz la actual bicefalia –Pedro Casares es el secretario general y Fernández el portavoz municipal– o concentrar la jefatura orgánica y el liderazgo electoral en un mismo dirigente.
Es más arriesgado aventurar si Felipe Piña será de nuevo el candidato regionalista cuando todo son dudas en el partido que ante todo ha de resolver la sucesión de Revilla. Más o menos la misma incertidumbre reina en Vox, con Emilio del Valle como primer edil que ocupa también un escaño en el Congreso, o en IU-Podemos, con Keruin Martínez. Para todos sería más fácil sin Gema Igual en la competición. Pero no tiene esa pinta.
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