Secciones
Servicios
Destacamos
No se podrá quejar el Gobierno del PP. Por segundo año consecutivo podrá aprobar los Presupuestos con el apoyo de al menos 23 diputados, en otra demostración de que su cómoda y flexible minoría avanza sin grandes obstáculos, con el apoyo en los asuntos esenciales ... del PRC y frente a la oposición endeble de PSOE y Vox, que gastan menos energía en el control al Ejecutivo que en sus conflictos internos.
Cuando a principios de año, el PRC dio por finalizada su etapa de gran generosidad con el nuevo Gobierno popular, que había abarcado desde la investidura como presidenta de María José Sáenz de Buruaga hasta los Presupuestos de este año, para impulsar una oposición más exigente, el PP se mostró comprensivo. No podía reprochar al regionalismo que ejerciese la tarea de control al Ejecutivo que le habían asignado las urnas en 2023.
Pero los dos partidos sabían que en el nuevo ciclo hostil del PRC con el Gobierno había su cuota de sobreactuación, que se volverían a encontrar más temprano que tarde para acordar asuntos importantes. Así que los regionalistas hostigaron al PP en el desarrollo rural, la industria, la sanidad, descalificaron por superficial la crisis de Gobierno que ejecutó la presidenta Buruaga al final de verano y al día de hoy todavía critican muchos aspectos de la gestión popular, lo mismo las deficiencias sanitarias en Valdecilla y en Campoo que la ejecución del Plan de Obras Municipales o el declive industrial.
Pero al igual que en el ejercicio pasado, PP y PRC han pactado los Presupuestos 2025 en una negociación fulminante, dos meses antes del final de año, y con las contrapartidas de rigor que exige el PRC. Los dos partidos coinciden en muchas cosas, sobre todo las que tienen que ver con el desarrollo de la Cantabria rural: la Ley del Suelo, la de Vivienda, la financiación municipal…
Creen los populares que este modelo de entendimiento con el regionalismo puede mantenerse a lo largo de la legislatura, sobre todo cuanto más dure el periodo de provisionalidad del liderazgo de Miguel Ángel Revilla. Después, en el próximo periodo, habrá que contar primero los votos y a lo mejor luego se consagra un acuerdo gubernamental estable entre las dos formaciones. El PRC también juzga verosímil el pacto, pero no ve fácil ponerle fecha. De momento, mantiene activado el 'aprieta pero no ahoga' en la relación con el Ejecutivo Buruaga.
En contraste con la coyuntura casi plácida del PP gobernante, PSOE y Vox dan más que hablar por sus líos internos que por la presión al poder. Pablo Zuloaga abandera a su partido como la única voz de la izquierda en el debate político de Cantabria, y votará en contra de la ley más importante de cada ejercicio, la de Presupuestos, claro que a lo mejor Vox le acompaña en el voto. Y mientras, la mitad del partido le discute a Zuloaga su liderazgo y la eficacia de las tareas de oposición.
A menudo Zuloaga invoca el retorno de la mayoría progresista que gobernó la pasada legislatura, pero el PRC recibe con frialdad la invitación, más allá que ambos partidos se unan y voten juntos para defender la Ley de Memoria Histórica que aprobaron la pasada legislatura y que PP y Vox acaban de derogar. En fin, si Revilla no conectaba demasiado bien con Zuloaga cuando compartían Gobierno, no digamos ahora que ambos están en la oposición y en situaciones más inestables.
Y Vox no se cansa de dar espectáculo desde que comenzó la legislatura con los mejores presagios después de haber doblado su representación parlamentaria, de dos a cuatro diputados. Pero una sucesión de funestos acontecimientos vienen desguazando el partido: los 'ukase' disciplinarios dictados desde la 'corte' madrileña de la calle Bambú; los bandazos orgánicos y la inacción en Cantabria; los dos 'gallos' parlamentarios, Leticia Díaz y Cristóbal Palacio, suspendidos de militancia; la película de espías (de serie C) escenificada en los despachos de la Cámara; los tres coordinadores importados de otras regiones para intentar arreglar el conflicto que a buen seguro tiene desconcertados a sus 36.000 votantes... hasta el portazo final de Palacio, que deja el partido pero, de momento, se queda en el Parlamento. Vox le reclama el acta de diputado, para el PP es un asunto externo más bien irrelevante, aunque le pueda resolver alguna que otra votación y, bueno, se entiende el cabreo de Palacio, pero mantener el solitario escaño no parece un refugio muy decoroso para un abogado cotizado como él.
Un sector importante de la derecha cántabra reclamaba una mayoría gubernamental PP- Vox al comienzo de la legislatura y era una opción respetable, pero después de tanta escandalera y tantos vaivenes en la acción política del partido de Abascal, quién le reprochará ahora a Buruaga y su gente haberse inclinado por un aliado preferente más fiable como es el PRC.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.