El Gobierno intenta construir un relato económico positivo

El discurso gubernamental martillea asuntos promovidos desde el comienzo de la legislatura, otros nuevos y otros revisados al alza: la rebaja fiscal, que en el futuro será más ambiciosa, el adelgazamiento burocrático por ley, la captación de inversiones multimillonarias, los proyectos de la refinería de litio y de producción de hidrógeno verde, el desarrollo eólico, La Pasiega conectada con el Puerto con financiación estatal o propia si no queda más remedio, la ampliación del Pctcan y la creación de otros parques, entre ellos el de la salud en el solar de la Residencia, las carreteras y obras públicas, la vivienda, el nuevo teleférico de Vega de Pas y la remodelación del de Fuente Dé…

Es posible que el impulso de una narrativa favorable de la gestión económica no hubiera tenido tanto énfasis sin el correctivo propinado al Gobierno por el presidente de la CEOE, Enrique Conde, por la lentitud y la falta de audacia gubernamental para sacar a Cantabria del vagón de las regiones de tercera. Duro, displicente y en el peor momento, cuando el Ejecutivo Buruaga se preparaba para el balance del primer año en el Debate sobre el Estado de la Región.

En fin, el repaso del titular de CEOE Cantabria no es lo que se espera de una organización empresarial sobre un Gobierno de centro-derecha que apenas se ha estrenado. En el Gobierno y en el PP han preferido creer que no hay animadversión personal ni política cuando proporciona a la oposición munición de alto calibre, sino que más bien opera en Conde una pulsión de protagonismo que también el anterior Ejecutivo de coalición PRC/PSOE constató en algún momento. Pelillos a la mar, sobre todo después de que el presidente de la patronal española, Antonio Garamendi, corrigiera a su hombre en Cantabria al elogiar en su visita a la presidenta Buruaga la rebaja fiscal y otros incentivos promovidos en Cantabria para favorecer la actividad económica.

El Gobierno regional aprovecha para ponderar lo que ya se ha hecho en un año de gestión y lo que se hará en el medio plazo en una coyuntura muy favorable de Cantabria, con un crecimiento sostenido, tres meses a la cabeza de la creación de empleo en España con récord de afiliación a la Seguridad Social y un aumento en la constitución de nuevas empresas en cabeza del escalafón nacional. Y todo a pesar del maltrato insolidario del Estado, del déficit en las infraestructuras y en la percepción de fondos europeos.

Claro que los buenos indicadores llegan mezclados con noticias preocupantes como la caída de la producción industrial, la más pronunciada en España. O el gasto disparado en los hogares cántabros, el triple que la media nacional, con especial incidencia de hipotecas y alquileres, energía, alimentación y ocio.

Naturalmente, a la oposición no se le escapan los datos que ponen en cuestión la buena marcha de la economía regional ni tampoco las carencias crónicas que arrastra la región en materia de atención sanitaria, desarrollo rural, turismo, etc. La gestión de los pisos turísticos, que el Gobierno, después de darle muchas vueltas, quiere dejar en manos de la autonomía municipal, entre las fuertes críticas de los grupos opositores, también es un asunto con impacto en la economía, pero en el que además, atención, pueden poner en juego muchos votos.

A la construcción del relato económico del Gobierno le falta la guinda. Coronar con el éxito algunos de esos 25 grandes proyectos que en conjunto supondrían una inversión de 5.500 millones y la creación de 2.000 empleo directos. La presidenta Buruaga se relame con la expectativa, pero se maneja con prudencia. En el recuerdo, la tendencia del presidente Revilla de contarlo todo antes de que el asunto estuviese maduro con alguna que otra decepción subsiguiente, del fibroyeso a la ciudad del cine, de la mina de zinc al proyecto Comillas. Así que mejor contenerse hasta que la pieza esté cobrada. Un buen relato está bien, pero mejor aquello de que obras son amores.