El PRC diseña su futuro

Igualmente el momento escogido para la cumbre regionalista es oportuno. En pleno ciclo electoral del año en curso –Galicia, País Vasco, Cataluña, Europa– en el que compiten los otros tres partidos presentes en el Parlamento cántabro, PP, PSOE y Vox, el PRC está obligado a mostrar músculo y capacidad de movilización ante futuros retos electorales. No está nada claro si se atrevería con unas hipotéticas generales como a las que renunció en julio de 2023, pero sí tiene que estar listo para las autonómicas y municipales de mayo de 2027.

Lo más importante para el PRC, claro, es el relevo de Revilla, un proceso en marcha y sin avances constatables desde la derrota del año pasado. La asamblea de dirigentes pretende dar una imagen de neutralidad, entre otras cosas porque el evento tiene más que ver con el diseño político del partido del futuro, el trascendental congreso sucesorio será más adelante. Un dato: ninguno de los tres vicesecretarios del partido, Javier López Marcano, Paula Fernández y Guillermo Blanco, el núcleo de élite del que saldrá probablemente el nuevo líder en su momento, tendrá demasiado protagonismo en el debate asambleario.

La ejecutiva regionalista ha encargado una ponencia municipal a un grupo de alcaldes destacados, entre ellos Javier López Estrada (Torrelavega), Pablo Diestro (Reocín) u Óscar Villegas (Puente Viesgo) y otra sobre la reforma del Estatuto de Autonomía al portavoz parlamentario, Pedro Hernando, con especial atención a la ampliación del autogobierno y de las competencias que debe asumir Cantabria en los próximos años. También los comités comarcales trabajan en ponencias específicas para su debate y aprobación en la asamblea.

La discusión política deberá tener también un tono autocrítico sobre las causas de la inapelable derrota electoral en los comicios autonómicos de mayo de 2023, no tanto en las municipales, en las que el partido mantuvo casi todo su vigor. El partido no percibió en todo su alcance el final del largo ciclo de Revilla ni la pérdida del voto joven, que en el año triunfal de 2019 había sido importante. Así que ahora se trata de atraer más a los jóvenes, a las mujeres, a la clase media, a los profesionales… En estos tiempos inciertos cobra más vigencia que nunca la reflexión del añorado Rafael de la Sierra: Revilla es insustituible, sólo puede sustituirle la fuerza de todo un partido.

Durante los últimos años el PRC de los buenos tiempos se había mirado en el espejo del PNV, cuya hegemonía parecía indestructible hasta que Bildu la ha puesto en duda en las últimas citas electorales, casi al mismo tiempo que el PRC entraba en crisis. Hay en la dirección regionalista quienes ahora se fijan en el modelo pujante del BNG gallego, segundo partido en la comunidad tras el todopoderoso PP. El BNG se muestra cada vez más fuerte en las urnas regionales y en los ayuntamientos con un nacionalismo de izquierda moderada que no asusta demasiado al conjunto del electorado. La ideología nunca fue un problema en el PRC. Siempre ha marcado las distancias con los nacionalismos y en la militancia, entre los alcaldes y los dirigentes autonómicos, conviven las tendencias progresistas y conservadoras sin mayores problemas hasta la fecha.

La asamblea del PRC también pasará revista a este primer año en la oposición, con un primer semestre muy generoso con el PP de María José Sáenz de Buruaga que llegaba al poder y un último periodo más crítico, pero en todo caso dialogante y constructivo sobre los asuntos importantes de la política autonómica y de los ayuntamientos.

En el último encuentro multitudinario del PRC, la comida de Navidad de 2023, Revilla no marcó el final de su hiperliderazgo, que no será antes de que termine este año en curso. Nadie rechistó entonces aunque no todos están de acuerdo en que se prolongue en exceso el proceso de sucesión. Una idea compartida es que el congreso sucesorio pueda tener lugar en los primeros meses de 2025 con un único candidato. Revilla preparaba esta semana su intervención en la asamblea de dirigentes. Un discurso largo con un contenido denso, pero de momento sin una fecha para el congreso de la sucesión hasta encontrar el nuevo líder de consenso que el partido necesita en estos tiempos de tribulación, lo cual a lo mejor es más difícil de lo que parece.