El PSOE hereda el 'papeluco'

Los socialistas cántabros llegaban a las elecciones generales con la moral baja luego que las urnas autonómicas y municipales les hayan desalojado del poder en el Gobierno regional y en importantes ayuntamientos, básicamente por el derrumbe del PRC. Nada que ver con los comicios de abril de 2019 cuando el PSOE fue el partido más votado en España, y también en Cantabria por primera vez después de 26 años, aunque ese liderazgo sólo le duró un semestre hasta que en las urnas de noviembre volvió a ganar el PP.

La herencia del PRC, que ha renunciado a las urnas, es una de las incógnitas de este 23J. De los casi 70.000 electores que votaron regionalismo en noviembre de 2019 está claro que bastantes ya se han pasado al PP en las últimas elecciones regionales. Vox aspira a quedarse con una pequeña cuota y habrá quienes se queden en casa. Y el PSOE espera alcanzar el segundo diputado con lo que le toque. De momento, ha heredado para su campaña el 'papeluco' regionalista. Dirigentes y candidatos socialistas ponderan en campaña lo bien que Pedro Sánchez trata a Cantabria en el pago de la deuda de Valdecilla, los avances en las infraestructuras del AVE y las autopistas, los proyectos del Mupac y La Pasiega...

Pablo Zuloaga tira de sus fieles multitareas, que transitan del Gobierno regional a la candidatura autonómica, y luego de la oposición a las listas de las generales. El propio Zuloaga quiso ir al Senado y renunció al enterarse, que tiene tela, de que ese destino era incompatible con el acta de diputado regional, así que manda a Madrid a Secundino Caso, alcalde de Peñarrubia, uno de los más potentes del PSOE. El oficialismo no ha podido remover del primer puesto de la candidatura al Congreso a Pedro Casares, sanchista de primera hora, y bien situado en el aparato federal. Bueno, hay quien trata de ver en eso alguna ventaja práctica en el terreno orgánico: mejor que esté en Madrid y no enredando aquí en el partido.