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Avanza la segunda semana de campaña y se intensifican los llamamientos al voto útil que suelen resultar bastante eficaces. Sin ir más lejos, en las elecciones autonómicas del 28M, el PP cántabro llegó a la campaña con 12-13 escaños en los sondeos, que no ... estaba del todo mal, pero salió de las urnas con 15 diputados, después de hacerse con los votos de los renegados del PRC, con los indecisos de Vox y con los restos de Ciudadanos.
La consultora GAD3 cierra su serie de 'trackings' con un pronóstico de 180 escaños para un pacto PP-Vox y de 140 para PSOE-Sumar. Alberto Núñez Feijóo cree que los 151 que le asignan al PP son pocos y hasta se atreve a especular con una mayoría absoluta inesperada como la de Moreno Bonilla en Andalucía –«difícil, pero no imposible», dice– y que al menos puede superar los 165 escaños y relegar a Vox de la investidura en favor de otros grupos minoritarios; entre ellos el PNV, lo cual puede chirriar bastante en el electorado de la derecha.
El voto útil que reclama el PP tiene sus riesgos, principalmente el de que Vox se hunda del todo –por debajo del 12%, el bajón es enorme– y el bloque de la derecha no alcance la mayoría. Vox, 29 escaños en el último sondeo, advierte del peligro y afirma que muchos de los escaños que puede perder por la ofensiva popular en realidad iban a caer del lado del PSOE.
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Lourdes Pérez
También Pedro Sánchez busca a los indecisos y ahora también pide el voto útil en contra de Sumar. Y lo cierto es que lo poco que consigue remontar el PSOE, hasta 115 diputados, es a costa de la renqueante coalición de Yolanda Díaz, instalada en el cuarto puesto del escalafón por detrás de Vox con 25 asientos en el Congreso, ojo, diez menos de los que tiene actualmente Unidas Podemos. En el inicio de la campaña, el servicial CIS de Tezanos le otorgaba 135 escaños al PSOE y nada menos que 50 a Sumar, como tercera fuerza, para conseguir una cómoda mayoría. Ahora insiste en la tesis, pero no: a esa alianza en el mejor de los casos le van a hacer falta todos los aliados disponibles.
Mientras tanto, en el debate de campaña Feijóo insiste en el mantra de que solo aspirará a gobernar si gana las elecciones y que no es presentable ser presidente tras caer derrotado en las urnas como pretende el candidato socialista Pedro Sánchez. Como si esa idea pudiera impresionar a quien ha estado al mando del 'Gobierno Frankenstein'.
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