El Senado, un destino polivalente

Pasan los años y las legislaturas sin novedades y el Senado permanece como un recurso polivalente para uso y beneficio de los partidos: es un cementerio de elefantes, un trampolín de brillo para jóvenes prometedores, un premio de consolación para quienes esperaban un destino mejor, unas vacaciones pagadas, aunque también hay campo de trabajo para los políticos más dinámicos, una distinción para el currículo vital…

En el debate de ayer en El Diario de los candidatos al Senado en los comicios de este 23J hubo vagas alusiones a lo que la Cámara Alta debe ser en el plano autonómico o en el medio rural, pero en realidad no hay ámbitos de discusión diferenciados de la política nacional o regional: el AVE o el tren a Bilbao, el Mupac o la reforma del Desfiladero de la Hermida, la industria, la energía, la sanidad, el control del lobo, los pactos con Vox o con Bildu, hasta la herencia de los votos del PRC de Revilla en estas elecciones, fueron algunos de los temas abordados por los candidatos.

Los comicios en el Senado están subordinados a los del Congreso que son los que definen los Gobiernos, las leyes y el ejercicio del poder. En las urnas, el partido más votado se lleva tres escaños del Senado y el segundo se asegura el cuarto y último. En el PP de Cantabria, favorito al triunfo, está al mando Elena Castillo, que procede del Congreso y ha contado con el apoyo de Génova para seguir en las Cortes. En el PSOE, el número uno es Secundino Caso, alcalde de Peñarrubia desde hace 27 años, que quiere orientar su carrera hacia la política nacional. El Senado es un buen destino, sobre todo si el PP de Núñez Feijóo gana las elecciones generales y tiene que dejar la presidencia de la Red Española de Desarrollo Rural. Los demás partidos no cuentan en la pugna senatorial.