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Opinión

La estirpe de Caín

Cuarenta años de adoctrinamiento nacionalista, de infección totalitaria, necesitan una paulatina y serena labor de educación en los valores de la libertad y la convivencia

Viernes, 24 de mayo 2024, 07:13

La convivencia en nuestro país está envenenada porque desde hace tiempo ha sido sometida a dos doctrinas letales para la vida en común: el marxismo y el nacionalismo. No debería sorprendernos. El marxismo se propuso –como se sabe– no solo interpretar la realidad sino transformarla ... y lo hizo en base a una discordia radical: explotador y explotado. O en el lenguaje de Hegel que después, como siempre, hizo suyo Marx: el amo y el esclavo. La raíz del trabajo está esencialmente dañada y la concordia solo llegará con la eliminación completa de los explotadores. El beneficio es sospechoso como la propiedad porque esa relación es radicalmente injusta. El trabajo en la sociedad capitalista es sinónimo de explotación. La clase explotadora debe desaparecer.

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