La desaparición de las barras

–Entro en el bar y mis ojos, tras hacer una rápida barrida al local, se centran en la barra. En un par de segundos ya he identificado en ella un lugar estratégico. Me acerco a él disimuladamente… voy metiendo mi codo izquierdo… saludo a Luis, el camarero… sin bajar la cabeza siento el roce de la barra… sin moverme, giro mi cuerpo unos 30 grados … apenas he tocado a los de al lado… ¡me he hecho un hueco en la barra…!

–Hace calor… me fijo en las gotas del cañero, como si fueran de un sudor frio, glacial… Lentamente Luis coge un vaso, lo expone a la luz y disfruta de su inmaculada transparencia… abre el grifo, deja correr la primera espuma y recoge la cerveza en el vaso inclinado hasta que la franja de espuma se derrama con precisión. Me mira y ve que le estoy observando… da un pequeño golpe a la caña y la lanza suavemente sobre la barra… la agarro y pego un trago largo: ¡Diooos…!

–Sobre la barra acaban de colocar una ración de bacalao rebozado… pido una tajada, y otra caña… a mi espalda una voz de mujer pregunta si tienen algún vino de Jumilla… me giro y le pregunto extrañado ¿de Jumilla? Y me responde que le encanta… ¿No serás de Murcia? Y me dice sonriendo que claro…

–Son las siete de la tarde. A la una y media quedamos tres para tomar el aperitivo. Ahora somos 8 y los gin tonics ya han sucedido a las cañas. Cosas de las barras…

–Estoy de viaje de trabajo y no me gusta cenar solo. Ayer, a media mañana, tomé un café en un bar y me gustó la barra… Me siento en la barra y el camarero me pone un pequeño mantel. Intercambio comentarios con él mientras ceno como si estuviera en casa…

Hace tiempo que las barras están desapareciendo de los bares. Cuando ya no queden barras ¿qué pensarán los jóvenes cuando escuchen a algún viejo hablar de ellas? Cuando oigan o lean expresiones como 'buscar un hueco en la barra', 'saltar la barra', 'bailar encima de la barra', 'cenar o desayunar en la barra' o cuando escuchen la frase 'leer el periódico en la barra' que ya sonará doblemente extraña.

Cuando ya no haya barras, al menos quedarán nuestras historias de barra.