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En septiembre de 2022 escribí en este mismo diario un artículo titulado 'Pedro Sánchez, personaje de ficción'. El motivo era la serie que él había encargado sobre el día a día de su trabajo en la Moncloa bajo su personalísima convicción de que sería de ... gran interés para los españoles. Finalmente la serie no se ha emitido, no sé si porque el propio protagonista se dio cuenta de que podría interpretarse como una manipulación demasiado evidente y grosera o porque simplemente no le gustó cómo daba a cámara. Probablemente su instinto le dijo algo así como «no pasa nada, Pedro, tendrás por delante muchas ocasiones de menor riesgo para seguir construyendo tu personaje y tu lugar en la historia…»
El sábado pasado se presentaba una de esas ocasiones, la gran gala de los Goya, con todo a su favor: la intervención de decenas de famosos afines, el tema central contra la violencia de género y el 'se acabó', las cámaras y programas de RTVE a su servicio en un momento importante para el Gobierno. Seguramente Pedro Sánchez pensó: «No puedo perder esta oportunidad, tengo que estar». Y estuvo. Lo de la tractorada por toda España –pensaría– son cosas del campo y de Vox que acabarán pasando, además, su intención de aguar la fiesta de Valladolid me aseguran que está controlada». Pero con lo que no contaba Pedro Sánchez era con que en la noche del viernes unos narcotraficantes iban a atacar y asesinar a dos guardias civiles en Barbate. ¿Qué se le pudo pasar por la cabeza entonces a nuestro presidente?
Simplificando se me ocurren tres opciones. A: no voy a los Goya de mañana y transmito un gesto de preocupación política de algo muy serio y un sentimiento de respeto y de luto a las familias. B: voy a los Goya para no poner el foco en Barbate y, sobre todo, porque no me los quiero perder. C: cojo el Falcon, me presento en Barbate al mediodía y voy a los Goya por la noche. Esta tercera opción yo creo que la descartó por complicada, arriesgada y un poco frívola. Quizá imaginó una reacción en la población que podría decirle algo asó como: «mírale, hace unas horas tan triste y preocupado en Barbate y ahora feliz en los Goya». ¿Por qué, entonces, nuestro presidente eligió la opción B en vez de la A? Si imaginariamente me pongo en su lugar creo que yo hubiera elegido la A, tanto desde el punto de vista de mi tranquilidad personal como del rendimiento político. Pero esto es imaginar por imaginar porque es evidente que yo no soy tan listo como Pedro Sánchez, ni tengo su experiencia política y su sangre fría, ni soy, obviamente, el presidente.
El caso es que apareció en la gala tan pichi como siempre y seguramente acertó. Allí acudió él y su personaje –cada vez son más lo mismo– para rodearse de otros personajes de ficción, no en vano era la fiesta del cine. Una gala, por tanto, llena de 'iconos' como se encargó de repetir Inés Hernand en la retrasmisión de RTVE Play en la que acabó gritando a Sánchez: «Te queremos, eres un icono, presi» a lo que Sánchez ha respondido a través de X: «Inés, el icono eres tú», después de que el órgano deontológico de RTVE hubiera emitido un comunicado en el que censura el «tono adulador» y la falta de «neutralidad» de la periodista que es también copresentadora con Mercedes Milá del nuevo programa de la 1 'No sé de que me hablas'. Un programa, como la retrasmisión de los Goya en RTVE Play, pensado para los jóvenes y al que, por cierto, hace unos días acudió Pedro Almodóvar.
Inés Hernand, icónica en ciernes, debe creer que todos los que no somos icónos somos idiotas. Y lo malo es que igual tiene razón.
Fiesta de iconos y, en todo caso, fiesta del cine español. ¿'Español'? Lo entrecomillo porque me sorprendió que muchos asistentes y periodistas usaran de forma natural este adjetivo, cuando normalmente sustituyen el término 'España' por la expresión 'de este país'. Por lo visto, cuando hablan de cine sí dicen a gusto 'español'. Curioso, ¿no?...
Pero volvamos a Pedro Sánchez, icono de iconos y gran personaje de ficción. Intentemos imaginarle ahora en su última ensoñación, cuando la gran gala del cine español estaba acabando. ¿Qué veo en el sueño de nuestro personaje? Veo a nuestro presidente subiendo al escenario y recogiendo el Goya a la mejor dirección, al actor protagonista, al mejor guionista, al mejor maquillaje y a los efectos especiales, incluso al mejor montaje y a la dirección artística y, por supuesto, acaba recibiendo el Goya de honor… al final de su sueño veo también la entrega del Goya internacional y a la mejor película europea (la iberoamericana es para Zapatero). Y veo, sobre todo, cómo nuestro personaje, por fin, comienza a vislumbrar el lugar que ocupará en la historia y que tanto le preocupa. Antes de despertar, ve cómo Silvia Intxaurrondo le dice que es el ganador de su nuevo programa de la 1 'El mejor de la historia' en el que los españoles le hemos elegido por delante de Isabel la Católica, Ramón y Cajal, Cervantes, Nadal y todo dios. Es entonces cuando le despierta de su ensoñación un grito de mujer lleno de emoción que nos suena a todos: '¡Pedroooooo!'. Y no duda de que el premio es para él.
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