Secciones
Servicios
Destacamos
Yo lo arreglaré. No lo digo yo, lo ha dicho Trump durante su campaña: 'I will fix it'. Ha sido uno de sus eslóganes más repetido, como si Estados Unidos fuera una gran máquina que se ha roto y él fuera a arreglarla. Publicitariamente es ... un buen eslogan y, a la vez, distinto del que conocemos desde hace años, 'Make America Great Again', que es el gran eslogan de su marca porque Donald Trump es, sobre todo, una marca. 'Make America Great Again', que ya usó Reegan, es tan potente que con su acrónimo M.A.G.A ha construido un movimiento que le ha dado un gran rédito electoral dejando al propio partido republicano en un segundo plano. El paralelismo entre publicidad y política es oportuno puesto que cada vez más el mundo es un complejísimo escenario creado por la comunicación en el que la política se sirve eficazmente de estrategias y técnicas publicitarias. En el caso de Trump la comunicación política ha jugado un papel crucial insistiendo en su 'Make America Great Again' y lanzando en sus mítines su 'I will fix it'.
En publicidad los eslóganes o 'claims' (reclamos) son una pieza muy importante tanto en la creación de una marca como en las campañas concretas y, más allá del efecto que puedan tener por sí mismos, expresan la línea estratégica de la comunicación por la que se ha apostado. Imagino a Trump dando briefing a su equipo diciendo con tono mesiánico algo así como: «Primero metamos miedo que luego yo les daré seguridad, primero agrandemos los problemas que yo les daré su solución, usemos primero las amenazas que yo les daré coraje para afrontarlas… exageremos la pobreza que yo les daré riqueza, sembremos y abonemos desesperanza que yo les daré esperanza, anunciemos la llegada del Apocalipsis que yo seré su salvación… yo, yo y yo, Donald Trump en persona os dice que América era grande y ahora es pequeña, que estábamos orgullosa de ella y ya no lo estamos, que América funcionaba y ya no funciona, que América ya no es lo que era pero yo estoy aquí para arreglarlo, 'I will fix it'…»
'Make America Great Again' apela emocionalmente a algo grande e importante que se supone se ha perdido y va dirigido al corazón y al orgullo de los americanos. Por su parte 'I will fix it' es más racional y dice a los americanos que lo que se ha perdido se puede arreglar y lo dice con un lenguaje directo, pragmático, funcional, 'fix it', como el que arregla o repara algo que se ha roto, como el que fija algo que se tambalea… Ambos 'claims' son complementarios y responden al clásico esquema problema-solución prometiendo que Trump solucionará los problemas que están mermando y amenazan la integridad de América: la invasión comercial de China y la invasión de los inmigrantes. Según él, ambos están conquistando la sociedad y el mercado americano. Por tanto, aranceles contra los productos chinos y un muro más alto y más grande con México. Así de simple, así de fácil, y todo dicho en el tono y estilo desafiante y estridente de un candidato cada vez más estrafalario que está convencido de que para ser políticamente correctos ya está la pija de Kamala y los flojos de los demócratas. Todo esto podría sonar un poco delirante o sonar a broma, pero resulta que Trump ha ganado claramente las elecciones y va a ser, otra vez, el presidente de los Estados Unidos de América.
Y este éxito me parece preocupante porque Trump (¡ahora con Elon Musk!) vuelve a encabezar el club de los muñecos diabólicos, lleno de líderes políticos frikis y altamente peligrosos esparcidos por el mundo: Putin, Milei, Kim Jong-un, Erdogan, Maduro, Orban… y los que vengan. El caso es que parece que el 'malismo' sobreactuado de Trump ha ganado al 'buenismo' elitista de Kamala. El éxito de este 'malismo' es lo que me parece más preocupante porque creo, como ya anticipé, que vivimos –cada vez más– en una sociedad y una política del espectáculo en la que los políticos, en vez de trabajar seriamente, están permanente en campaña, con lo cual están reduciendo la democracia a ganar elecciones. Y no olvidemos que la idea de la democracia es una idea muy noble pero frágil.
Hace ya casi dos siglos que Tocqueville advirtió en su famosísima 'La democracia en América' algunos peligros del sistema democrático: tiranía de las mayorías, despotismo democrático, violencia partidista, subordinación de los más capaces ante los ignorantes… Lo que no pudo imaginar fue que una sociedad de la comunicación tan compleja como la nuestra pudiera ir tragándose poco a poco la realidad y la verdad. Tampoco que, en el país donde nació la democracia moderna, a un personaje como Trump le hayan votado casi 75 millones de americanos y americanas que se han creído su 'I will fix it' y su 'Make America Great Again'.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.