Secciones
Servicios
Destacamos
Sólo los candidatos y sus equipos conocían, lógicamente, sus estrategias para el debate. Todos también sabían que una estrategia de este tipo debe tener una cualidad esencial: la versatilidad; es decir, la susceptibilidad de cambiarla repentinamente si el curso del propio debate así lo requiere, ... bien para la defensa, bien para el ataque o el contraataque. O sea, la capacidad de improvisar sin perder la esencia del mensaje y sin caer en el desconcierto y la contradicción. Todos sabían también que tienen un minuto final en el que, sin interrupciones, pueden resumir su propuesta y pedir el voto. Y por eso todos llevaban preparado, casi memorizado, ese minuto final, porque se trataba de 'su' minuto de 'oro'. Todos sabían que de poco sirve llegar a él si en la travesía del debate te perdiste en el juego de los vericuetos, trampas, ataques e interrupciones que todos los candidatos intercambiaron entre sí. Obviamente yo no conocía esas estrategias pero sí puedo analizar, a toro pasado, la dinámica y la 'lógica' del debate. El debate de ayer tuvo dos partes: la primera duró 1 hora y 20 minutos; la segunda duró los 23 minutos restantes. En la primera, la dinámica general consistió principalmente en el ataque de todos los candidatos a Gema Igual, la actual alcaldesa. Los ataques de Ciudadanos fueron muy duros, casi personales y se hacían 'desde dentro'. Javier Ceruti estuvo rápido, punzante, irónico. Los de Daniel Fernández (PSOE) fueron igual de duros, pero desde la distancia y el apoyo que da un partido nacional. Felipe Piña (PRC) también fue incisivo e intentó durante todo el debate hilvanar un discurso consistente e ilusionante que se fue diluyendo. Emilio del Valle (Vox), más moderado, fue soltando críticas sin salirse del guión nacional, y Keruin P. Martínez (IU-Podemos) criticó a la alcaldesa con un discurso templado e idealista. Gema Igual se defendió con datos y energía pero no consiguió más que un empate muy justito, peligrosamente justito. Pero faltando menos de 20 minutos la alcaldesa dio un pequeño giro al debate contraatacando con una pregunta a los candidatos, especialmente al del PSOE y al del PRC: «¿Quién sería el alcalde si les votan a ustedes los ciudadanos?». Daniel Fernández (PSOE), refugiándose en la obviedad, acabó diciendo que él sería el alcalde. En cambio, Felipe Piña, refugiándose también en la obviedad, no acabó de decirlo, aunque la alcaldesa se lo preguntó una vez más. Es extraño, ¿o no? Antes cada candidato había declarado sus posibles pactos: el PP con todos menos con el PSOE e IU-Podemos; el PSOE con todos menos con Vox y el PP; Vox solo con el PP; IU-Podemos con todos menos con el PP y Vox; Ciudadanos con todos menos con Vox y IU-Podemos. Hasta aquí lo mismo que a nivel nacional. ¿Y el PRC? ¿Con todos menos con Vox? Tengo la impresión de que cuando cada candidato miró a cámara para disfrutar de su minuto de oro ya estaba todo el pescado doblemente vendido.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.