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Que RTVE manipula la opinión pública de forma abierta y persistente desde hace tiempo ya no puede ser noticia para nadie. En realidad, todos los gobiernos lo hacen en mayor o menor medida y con más o menos habilidad. Quienes manipulan bien son aquellos cuya ... manipulación no se nota porque es cuando ésta es de verdad eficaz y, además, no se puede identificar claramente a sus responsables.
No es éste el caso de RTVE cuyo afán manipulador viene siendo cada vez más intenso, más descarado y más tosco, al menos desde la primera precampaña electoral. Por cierto, aún no dada por acabada por ningún partido político, tampoco por el del gobierno en funciones y por 'su' televisión pública autodefinida en su eslogan como 'la que tú quieres'. Pues yo no quiero que 'mi' televisión pública intente manipularme porque para eso ya tengo a las privadas. Y menos aún que lo haga de forma tan descarada porque al hacerlo así me está diciendo que soy imbécil.
Antes de entrar en materia quiero hacer una aclaración: no voy a analizar ni a valorar el comportamiento del señor Rubiales. Sólo voy a analizar, que no es poco, la retransmisión que RTVE nos ofreció de su discurso.
Como decía, me sentí imbécil el viernes cuando escuché en 'mi' TVE1 que el programa 'Hablando Claro' conectaría en directo con la Asamblea General Extraordinaria (AGE) de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en la que el Sr. Rubiales iba a «anunciar su dimisión» tal y como remarcaba un rótulo del propio programa. Lógicamente me interesé por el anuncio y me puse a escuchar atentamente la declaración del aún presidente de la RFEF. Eran las 12.07 cuando comenzó su discurso y 6 minutos después se interrumpió la retransmisión con un anuncio publicitario. La desconexión fue tan inesperada e intempestiva que los propios presentadores quedaron desconcertados y no sabiendo dónde mirar y qué decir se lanzaron a quejarse de los aplausos recibidos por Rubiales y de su alusión al «falso feminismo». Después de unos segundos se recuperó la retransmisión durante unos minutos hasta que volvió a cortarse con otros segundos publicitarios en los que reinó el mismo desconcierto y críticas parecidas a Rubiales de los presentadores, ya convertidos en opinadores. Alguien en la realización del programa decidió volver al directo que duró sin interrupciones hasta que alguien de realización, de edición, de dirección o cualquiera del plató decidió dar por finalizada la retransmisión en directo antes de que acabara la declaración. Fue en esos momentos cuando a mí se me quedó, primero, cara de incrédulo y, después, cara de imbécil, tan pronto comprendí y comprobé que no iban a volver a conectar en directo con la asamblea. Y todos sabemos que nos da mucha rabia que nos llamen imbéciles a la cara.
Cuando racionalizo mi rabia encuentro sus porqués. No he podido acceder tranquila, libre e íntegramente a un documento audiovisual que era de mi interés. Mi RTVE pública me ha usurpado el final del discurso que es donde suele concluirse el sentido del mismo e imagino que ha sido para evitar que no vea en directo la reacción general de los miembros de la asamblea. Me he dado cuenta de cómo un programa, 'Hablando Claro' cuyo texto de presentación dice «Las conexiones en directo serán sus principales argumentos» corta esta conexión en directo tres veces. He visto también cómo sus presentadores se han convertido no solo en opinadores sino en acusadores. Y cómo ellos, junto a sus contertulios, han tratado a Rubiales como un acusado y le han declarado culpable. De hecho, antes de que comenzara la intervención, ya estaban mostrando una actitud hostil ante el reo. Y lo han hecho con tanta naturalidad que no sé si es que su adoctrinamiento es tal que ya no son conscientes de su manipulación o si es que sus jefes eligen y premian más a los que más manipulan. En cualquier caso, mi RTVE pública, una vez más, no ha hecho ningún esfuerzo en respetar un principio básico del periodismo responsable y de calidad: informar imparcial y objetivamente, al menos en la medida de lo posible. Ha confundido su deseo (la dimisión) con la realidad (su no dimisión) y por eso se ha 'columpiado' al dar la noticia antes de tiempo. En definitiva, unos y otros ha hecho mal su trabajo. Los presentadores haciendo el ridículo al co-celebrar la supuesta dimisión de Rubiales con la presidenta de la Asociación para Mujeres en el Deporte que enseñó en el programa una copa de champán. Literal y en directo, eso sí. El programa incluyendo como colofón 3 o 4 entrevistas a pie de calle en el pueblo del todavía presidente para saber si sus paisanos querían o no que le quitaran la medalla de oro que le dieron en su día. Y claro, en esas 3 o 4 entrevistas salió espontáneamente y por una abrumadora mayoría que sí, que mejor que se la quitaran.
Esta ha sido la última manipulación descarada de nuestra RTVE, pero me temo que habrá más. Así se las gasta RTVE 'la que tú quieres', la que el Gobierno quiere pero yo no.
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