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Me pongo a escribir esta columna sobre los resultados de las elecciones locales en Cantabria y veo en mi móvil un montón de mensajes anunciando anticipo de elecciones generales para el próximo 23 de julio. Esta convocatoria es una corroboración de lo que iba a ... escribir. Las elecciones municipales y autonómicas han sido realmente un primer choque entre los grandes partidos para, en el caso del PSOE mantener el poder, en el caso del PP tratar de arrebatárselo. Después de este primer envite, el PP ha salido victorioso y ha provocado la convocatoria anticipada de elecciones que se planteará a los electores como la madre de todas las batallas electorales.
Anticipo que, al igual de lo ocurrido en las elecciones locales y autonómicas, poco se va a hablar y a profundizar sobre las soluciones que necesitan España y los españoles. Los grandes partidos van a fomentar la división en bloques y apelarán de nuevo al llamado voto útil, que tiene de útil lo que permita consolidar el poder de uno de los grandes partidos frente al otro. Después todo volverá a su cauce. Tanto en Cantabria como en España.
Las mismas negociaciones territoriales, la misma ocupación de miles de puestos de libre designación y escándalos, la vieja política imperando en nuestras vidas. Unos ciudadanos contentos porque ha triunfado su equipo. Otros tristes por no haber sido el suyo. Los problemas seguirán ahí. Con un pequeño partido llamado CIUDADANOS señalando la necesidad de solucionarlos. Es el problema de no ser hooligans.
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