Cantabria y el día de la marmota

Cada vez que se convocan elecciones autonómicas en Cantabria, uno tiene la sensación de ser Bill Murray en la película 'El día de la marmota'. Convocatoria tras convocatoria electoral, los partidos políticos de siempre tratan los mismos asuntos de siempre: el tren de alta velocidad, ... la falta de infraestructuras, la desindustrialización creciente de la región, los mismos problemas del sector primario, el habitual proyecto estrella en el firmamento de las ocurrencias… Nada nuevo, porque no hay manera de dar un paso más allá, ya que los de siempre han dejado en hibernación a la región, la han criogenizado, no por el ánimo de conservar lo bueno, sino por incapacidad para dar soluciones y llevar a cabo una política de desarrollo y bienestar pensando en el bien común de los cántabros. Y he aquí que apareció Ciudadanos, un partido liberal con espíritu moderno y reformista, visto como un extraño y como un riesgo para el esquema de poder que han configurado PP, PSOE y PRC. Ese esquema ha dado como resultado un retroceso constante de Cantabria en comparación con el resto de autonomías. En próximas columnas desarrollaré cómo pueden hacerse de manera distinta las cosas. Cómo lograr que no vuelva la Cantabria marmota. Ello implica cambiar el esquema de siempre porque, parafraseando, locura es votar lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes. Si uno vive aplicando la razón, el sentido común, cuando tiene que decidir sobre las cuestiones importantes, entonces ¿por qué no votar cómo se vive?