Sanidad rural
Desde que estalló la pandemia y hasta hoy, tenemos la sensación de que se persigue acabar con nuestros consultorios
José Miguel Crespo
Lunes, 20 de mayo 2024, 07:16
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José Miguel Crespo
Lunes, 20 de mayo 2024, 07:16
Siempre he sido de la opinión de que la sanidad, en general, y la rural, en particular, se han de defender a capa y espada. Como suele decirse, uno no es consciente de lo que tiene hasta que lo pierde y eso es justo lo ... que nos pasa a los merachos y a los pasiegos. Desde que estalló la pandemia y hasta hoy, tenemos la sensación de que se persigue acabar con nuestros consultorios rurales.
Últimamente estamos observando cómo, a pesar de tener un facultativo titular para ambas plazas, los responsables de la política sanitaria priorizan el servicio de cabecera en el Centro de Salud de Liérganes; es decir, priorizan el servicio de Liérganes en detrimento de los de Miera y San Roque, lo cual se traduce en agravios comparativos entre los vecinos de distintos municipios. Y vaya por delante que no tengo nada en contra de los vecinos de Liérganes, todo lo contrario, les deseo lo mejor.
Resulta cuanto menos curioso que cuando el médico de Miera o San Roque se ausenta, por razones más que obvias, ambos municipios se quedan sin médico. Sin embargo, cuando Liérganes se queda sin médico por el mismo motivo, dicha vacante se cubre con el médico titular de Miera o San Roque, lo que traducido significa que merachos y pasiegos siempre pierden.
Como no puede ser de otra forma, nuestro médico tiene todo el derecho del mundo a disfrutar de sus vacaciones, faltaría más. Pero me cuesta aceptar que nunca esté previsto cubrir sus periodos de descanso con la asistencia de otro facultativo. Puedo entender que no hay médicos, pero no puedo resignarme a aceptarlo, porque sinceramente creo que esto puede ser el principio del fin. Visto lo que ocurre en los periodos de vacaciones, no quiero ni pensar qué será de los vecinos de Miera y San Roque si el médico titular coge una baja laboral prolongada, una excedencia o decide cambiar de plaza…
Cualquier merma en la prestación del servicio sanitario puede consolidarse y mucho me temo que llegará a ser irreversible. Luego no servirá de nada lamentarse o, peor aún, llenarse la boca con proclamas y soluciones urgentes para luchar contra la España vaciada y/o en riesgo de despoblamiento.
El apoyo al mundo rural debe comenzar por prestar los servicios públicos mínimos y esenciales, entre los cuales la atención médica es una gran prioridad para cualquier ciudadano, cuando además se da la paradoja de que existen una farmacia y un botiquín farmacéutico directamente vinculados al servicio médico, que a su vez también son generadores de empleo.
Soy consciente de que el coste del servicio es mucho más caro en estos municipios donde la población está dispersa y el acceso a los servicios sanitarios puede ser un desafío. Lo sufro a diario, pero créanme cuando les digo que todos y cada uno de los vecinos que me rodean merecen una sanidad digna, una atención sanitaria de calidad cerca de su hogar. Esto es especialmente importante para las personas mayores, con discapacidad o con enfermedades crónicas y, por ende, redunda en una mejora de la calidad de vida en el mundo rural.
En conclusión, merachos y pasiegos defenderemos lo que consideramos justo, pues si bien es cierto que en muchas cosas no coincidimos a pesar de ser vecinos, no es menos cierto que en la cuestión que nos atañe no podemos mostrarnos más de acuerdo. Por eso rechazamos y seguiremos rechazando ante quien sea la centralización de los recursos médicos rurales.
Exigimos la mejora del Servicio de Urgencias, porque vivir en un pueblo no significa tener que renunciar a nuestro derecho a la asistencia en caso de emergencia. Defendemos que los consultorios rurales son mucho más que una sala de espera para el médico, porque representan un lugar de encuentro para prevenir, tratar y propiciar la salud no sólo física, sino también psicológica de la población rural.
Estamos en contra de los desplazamientos innecesarios para garantizar nuestro derecho a la salud, que es el mismo en todos los rincones de Cantabria y exige el mantenimiento de las consultas fijas y de los consultorios rurales, como lo que son: un pilar esencial de la calidad de vida de la población de los pueblos, y muy especialmente de nuestros mayores en el mundo rural.
José Miguel Crespo es alcalde Miera.
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