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Que el 74% de los cántabros desconfíe de los políticos es grave, muy grave y muy preocupante. Los datos de la Encuesta Social del Instituto Cántabro de Estadística son demoledores. Ninguna institución vinculada a la actividad política, desde el Gobierno central a los ayuntamientos, pasando ... por el Ejecutivo regional, alcanza el aprobado, si bien los consistorios están más cerca, y tan solo un 37% –que no es poco– desconfía de la institución más próxima a los ciudadanos. Precisamente, las cotas de desencanto son mayores cuanto más alejada está geográficamente la Administración –regional, nacional– porque el vecino siente que el político se aleja más de sus verdaderos problemas e inquietudes cuanto más alto sube en el escalafón.
Estos resultados nos sitúan en el manido 'todos son iguales' que hemos escuchado mil veces respecto a los políticos. Pero la generalización es injusta. No, no son todos iguales. Hay magníficos servidores públicos en todos los partidos. He visto en primera línea a Belén Ceballos (PP) alcaldesa de Los Tojos, tanto cuando las llamas rodeaban Bárcena Mayor, como cuando meses antes la nieve lo aislaba. José Antonio González Linares (PRC) fue durante 23 años el mayor defensor de su municipio, San Felices de Buelna. Los vecinos de El Astillero pusieron nota a Javier Fernández Soberón (Cs) en las últimas elecciones con 15 de los 17 ediles… por algo sería. Quienes conocen ese mundo, afirman unánimemente que Mario Iglesias (PSOE) ha sido el mejor director general de Deporte de la historia de esta comunidad. Son tan solo algunos ejemplos. Hay cientos más.
Que muchos políticos hayan mutado el servir por el servirse es, en buena medida, culpa nuestra. De todos. Pensando que la política no era para nosotros, creyendo quizá que debía asumir esa tarea gente más preparada, nos hemos dedicado a nuestra profesión, y hemos dejado la puerta abierta a muchos truhanes, arribistas y vividores. Por eso insto a los jóvenes, y a los no tan jóvenes, a que se impliquen en la política, para regenerar la política. Y a los buenos servidores que ya están en ella, a que mantengan firmemente su compromiso.
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