Mano distendida

Poco, o más bien casi nada, aclaró el nuevo secretario general en la mencionada entrevista, pese a la insistencia de Álvaro Machín y Daniel Martínez, tratando de conocer certezas de futuro en el partido de los socialistas cántabros. Ni una palabra sobre si optará a ser candidato a la Presidencia de Cantabria, ni del futuro de la actual delegada del Gobierno, ni del destronado Zuloaga. Imposible decir menos en dos páginas. Unidad fue una de las palabras más repetidas, hasta en seis ocasiones. Pero querer, en este caso, no es poder. Tras vencer, es mucho más fácil que se produzcan trasvases desde el lado del derrotado, apuestas a caballo ganador que incrementarán el número de sus fieles, pero las heridas abiertas en el proceso no cicatrizarán tan fácilmente.

Para populares y regionalistas, el cambio de secretario general en el PSOE no tiene mayor trascendencia. Les da igual Pedro Casares que Pablo Zuloaga como rival. Sí que consideran favorable para sus intereses la situación generada por las primarias. «Es un partido… partido. Un avispero», señalan, frotándose las manos ante el próximo ciclo electoral. Por otra parte, dudan de que Casares dé un paso al frente y se presente como candidato a la Presidencia de Cantabria. Se inclinan más a pensar que buscará un candidato/a que afronte la confrontación regional para él continuar en la comodidad de Madrid.