Médicos de importación

Esos pueblos de la España vaciada, a los que tanta atención se presta con la boca pequeña y en discursos vacíos de acciones reales, se ven sin lo que constituye su primera prioridad: un médico. Un ejemplo de estos días: en toda Liébana hay un solo facultativo en servicio.

Paradójicamente, una de las carreras más «de moda», por la cual pugnan los alumnos con las mejores notas en la EBAU, no genera el número de profesionales necesarios. O bien, los que concluyen su dilatada formación, tras seis años de carrera, más otros tres de MIR, no encuentran las mínimas condiciones laborales para quedarse, en el caso que nos ocupa, en Cantabria.

Se le ha ocurrido al consejero de Sanidad lo mismo que en su día al presidente de la Asociación de Hostelería: buscar mano de obra extracomunitaria. Latinoamericana para ser más precisos. Dicho sea con todos los respetos a la profesión de camarero, un médico es bastante más importante. Por eso, con buen criterio, el Colegio de Médicos ya ha advertido de que estará vigilante para la correcta homologación de los títulos. No vaya a ser que nuestra salud acabe en manos de doctores 'low cost' en cuanto a formación.

Lo más sangrante es que a esos profesionales se les van a ofrecer tres años de contrato, una propuesta que no han recibido quienes se han formado en nuestra facultad y en nuestros hospitales, con todas las garantías. Esperemos que cuenten con los próximos, antes de recurrir a la importación.