Oposición inteligente

La del PRC está siendo una oposición inteligente, y a futuro, seguro que le resultará rentable. Tras instar en la noche electoral del 28 de mayo de 2023 a Buruaga a que buscara en Vox los apoyos precisos para alcanzar la mayoría parlamentaria, Revilla cambió de opinión a la mañana siguiente. Lo consultó con la almohada, o le convenció su círculo más cercano, el caso es que llegó a la conclusión de que resultaría más productivo para su partido adquirir protagonismo en el apoyo al PP, que retirarse a una oposición belicosa. Permitió la investidura de la líder popular, borrando de paso de la ecuación a Vox, y arrogándose la imposición de continuar con una serie de iniciativas puestas en marcha por el gobierno que había liderado. Al mismo tiempo, ganó puntos ante la opinión pública por su generoso gesto, poco habitual en estos tiempos.

Con el respaldo al Presupuesto de 2024 y ahora de 2025, los regionalistas venden a bombo y platillo sus «exigencias» al Gobierno en la negociación, al punto de que parecen más suyos que del Ejecutivo los méritos de obras e iniciativas que será este el que habrá de promover.

Queda lejos la cita electoral de 2027, pero desde esa postura de responsabilidad institucional, y a la vista de las guerras internas de PSOE y Vox, tanto populares como regionalistas piensan en poder pescar en caladero ajeno para, unos, alcanzar una mayoría más amplia, y otros, reverdecer laureles tras el varapalo de 2023. O quizá, juntos, reeditar el pacto que protagonizaron entre 1995 y 2003.