Pueblo 10, políticos 0

Se han movilizado ante las angustiosas peticiones de quienes se sentían abandonados. Ante las imágenes de una devastación sin precedentes que, una semana después, seguían siendo las mismas. Algo más propio de naciones como Burundi, Sierra Leona o Afganistán. Inexplicable en cualquier país avanzado. Intolerable en una nación que ocupa el puesto 15 a nivel mundial por PIB, y el 14 en el ranking de prestigio global de las principales economías del globo. ¿Cómo ha sido posible? Merced a una mezcla de polarización política extrema, desconfianza entre administraciones y descoordinación, señalaban en este periódico cuatro expertos, que citaban también la palabra mediocridad.

Padecemos una generación de políticos mediocres, que se rodean de más mediocres para sentirse seguros de que no les harán sombra. Y a la hora de la verdad, esa incapacidad nos pasa factura a los ciudadanos. Los valencianos han pagado la cuenta de la incompetencia de la Administración regional, y el tacticismo político y la indolencia del Gobierno central, que se ha comportado con la Comunidad Valenciana como si se tratara de un país extranjero, al cual cabría ofrecerle «si necesitas ayuda, pidemela». No es un país extranjero, es una parte de España. Políticos, 0.

Un último apunte. El sufrimiento y la desesperación desataron la rabia en Paiporta. Ninguna acción violenta está justificada, pero ¿quienes promueven la reducción de penas a asesinos etarras y amnistían a golpistas y malversadores, van a condenar a tres vecinos –sin filiación ultra por cierto– por golpear un coche oficial con un escobón? Propio de Burundi, Sierra Leona o Afganistán.