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Cada año por estas fechas me indigno más con las celebraciones de Halloween, esa fiesta 'made in USA' que nada tiene que ver con nuestra ... cultura y tradiciones, pero que compruebo con desencanto hemos abrazado con extraordinaria euforia. Es penoso que ayuntamientos que hacen poco o nada por promocionar y dar a conocer a niños y jóvenes nuestras verdaderas tradiciones y cultura, se afanen en montar chiringuitos del terror para la ocasión. Realmente, en estos tiempos que nos toca vivir, no hay casa encantada, pasaje del terror o castillo vampírico capaces de ponernos los pelos de punta con mayor intensidad que la realidad misma.
Nada más aterrador que la ley de amnistía que se nos viene encima, que incluirá los delitos de terrorismo y corrupción, generando una casta de políticos impunes, como ha denunciado la mayoría del Consejo General del Poder Judicial. Un poder judicial ninguneado, con el único propósito real de satisfacer la ambición de Pedro Sánchez.
Espantoso tener conocimiento de que los integrantes de nuestro Gobierno regional pretendían subirse el sueldo un 20 por ciento, y que quienes se apresuraron a criticarlo en la línea de populismo habitual, nada han dicho de que todos los diputados se han procurado un incremento del 16 por ciento mediante una nueva dieta fija.
Tétrico que la amortización de deuda contemplada en el proyecto de Presupuesto de Cantabria sea el tercer capítulo más relevante, tras el Servicio Cántabro de Salud y Educación. Cinco veces lo que se dedicará a Cultura, Turismo y Deporte, y casi 20 veces más que lo previsto en Inclusión Social, Juventud, Familia e Igualdad.
Pavoroso recibir la notificación de cuánto nos ha subido la hipoteca, haciéndonos cada día más pobres, mientras la banca sigue batiendo récords y supera en nueve meses los 20.000 millones que ganó en todo el año pasado.
Espeluznante comprobar la evolución de los precios y servicios cada día. Ir al supermercado cada mañana y constatar que casi todo es más caro que ayer, pero más barato que mañana.
Vamos, que sin el puñetero Halloween, los terrores cotidianos ya nos tienen suficientemente acojonados.
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