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Han pasado 30 años desde que el grupo vallisoletano Celtas Cortos lanzó la canción de cuyo título acabo de apropiarme. Una áspera crítica de la indolencia de la sociedad frente a cuestiones tan importantes como la guerra, el hambre, la carestía de los alquileres, o ... la deforestación. Tristemente, tres décadas después, la mayor parte de los problemas denunciados en aquel tema a ritmo de música celta siguen vigentes, y más que nunca, se constata la apatía de la sociedad –de aquí y de allá– frente a los acontecimientos cotidianos.
Uno de los constructores más importantes de la región dice en este periódico que más del 83 por ciento de las viviendas que se construyen en la región, las adquieren personas de fuera de Cantabria como segunda residencia. Mientras, los cántabros –especialmente los jóvenes– ven imposible comprarse un piso. Con esta dinámica, los locales acabarán expulsados por los veraneantes foráneos con dinero. Pero no pasa nada, tranquilo, majete.
También en estas páginas, nos informan de que Cantabria crece el 1,2% en el segundo trimestre, muy lejos del 3,1% que lo hace la media nacional, y que la tasa interanual es la más baja desde 2021. Parece que la realidad es diferente si se mira desde la perspectiva del INE o del Icane, y se pregunta el ciudadano de a pie si la realidad no será la misma, se mire por donde se mire. Seguro que no tardarán Gobierno regional y oposición en enzarzarse echándose las culpas, los unos a la herencia, y los otros a la incapacidad de los que llegaron hace un año, en lugar de buscar juntos formas de resolverlo. Pero que no cunda el desasosiego, tranquilo, majete.
Esta semana hemos vivido, asimismo, la reducción de 380 años de condena a 40 etarras, autores de 64 asesinatos. Gravísima la vergonzosa desidia de quienes no leyeron lo que debían antes de votar, y mucho más aún la autoría del perdón, de tapadillo, por parte de 'los progresistas'. Tranquilos, dice la ministra portavoz, que el terrorismo desapareció hace 13 años… no pasa nada.
¡Qué paradoja!, nos faltan anestesistas para atender a una sociedad que vive anestesiada.
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