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La actualidad se mueve a velocidad hipersónica en estos tiempos de globalización digital, al punto de que la noticia destacada de ayer, nos parece hoy ya lejana. Pero en algunas ocasiones el impacto de una noticia, en un entorno determinado, es de tal relevancia que ... logra persistir en la memoria del colectivo mucho más tiempo de lo habitual. Es el caso del varapalo ministerial –léase jarro de agua fría– al proyecto estrella de nuestro actual Gobierno regional, y del anterior: La Pasiega. Recordarán la visita del ministro de Transportes y sus dudas sobre la viabilidad del proyecto, y en particular su 'espantada' respecto al compromiso de sus predecesores de construir la estación intermodal ferroviaria, considerada vital por todos los actores regionales. Pues bien, apenas cuatro días después, cuatro, de su nada grata visita a Cantabria, el periódico El Día de Valladolid –edición fin de semana 23 y 24 de marzo– dedicaba toda su portada a una entrevista al ministro Puente, con el siguiente titular: «Valladolid contará con la estación intermodal más grande de España». De la entrevista, reproduciendo literalmente el titular, se hizo eco el propio Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, a través de su cuenta oficial en 'X', añadiendo que «supondrá un cambio en todo lo que tiene que ver con la industria y con la agricultura de Castilla y León».
No es cuestión de entrar en consideraciones respecto a la idoneidad –posiblemente indiscutible– de la capital pucelana para disponer de la mencionada infraestructura, considerada una «autopista» ferroviaria, pero en esta región seguimos viendo y padeciendo que, mientras unos territorios son bendecidos con obras millonarias, al nuestro se le niega el pan y la sal. De humillaciones ferroviarias sabemos bastante, y desde hace más de un siglo.
Supongo que esta crítica no será considerada insulto por los agentes del ministro encargados de recopilar las descalificaciones que le dedican la prensa nacional y regional. Nunca, en ningún caso, considero justificado el insulto en el ejercicio del periodismo. Pero tampoco que se gasten 62.000 euros de todos los contribuyentes, sin más utilidad que constatar la inquina que suscita. Puro masoquismo.
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