Crispación

Dos. Sé de un grupo de amigas que han llegado al acuerdo de no hablar de política para evitar desencuentros; y un conocido que vive en Cataluña se ha enfadado con varios parientes. En los medios de comunicación leo y escucho términos muy duros para referirse a los protagonistas de las dos posturas en liza: los que apoyan el acuerdo entre Pedro Sánchez y Junts y otros, y por otra parte las valoraciones de partidarios del PP y de las otras posiciones que también se oponen a la política del presidente del gobierno. Leo comentarios como: «Sánchez no tiene escrúpulos»; «Cambiar votos por impunidad es corrupción»; «El candidato Sánchez es un peligro para la democracia constitucional». Y desde la posición contraria: «La derecha ha entrado en combustión»; El PP, para retrasar la ley de amnistía, ha realizado una maniobra de «filibusterismo parlamentario» aprovechando su mayoría en el Senado. Además de manifestaciones, la extrema derecha está pensando en una huelga general. «La situación en Cataluña se resuelve con medidas políticas y no solo con represión». «Cuando España no se rompa se calmarán los ánimos».

Pero los desacuerdos también existen en el interior de los dos grandes y plurales bloques. Así, Ione Belarra e Irene Montero acusan a Yolanda Díaz, de ser la «izquierda servil» de Pedro Sánchez. El PNV compite con Bildu, y ERC con Junts. El PP observa con recelo a VOX. Y antiguos dirigentes del PSOE, Felipe González, Alfonso Guerra, Nicolás Redondo, Ramón Jáuregui… se muestran muy críticos con las pretensiones de Pedro Sánchez. Los juristas también discuten: la Asociación Profesional de la Magistratura se manifiesta en contra de la amnistía, mientras que otros consideran que sí puede encajar dentro de la Constitución.

Tres. En el debate político entran las encuestas y las votaciones. La empresa GAD3 realiza una encuesta para ABC y concluye que el 56% de los consultados considera que la actual situación política es mala o muy mala, y que el 59% es partidario de unas nuevas elecciones. Además, según este sondeo, entre los votantes del PSOE el 35% prefiere una repetición electoral mientras que el 56% rechaza esta posibilidad. Por otro lado, el PSOE convocó a sus militantes a que votasen a la pregunta «¿Apoyas el acuerdo para formar un gobierno de coalición con Sumar y lograr el apoyo parlamentario de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria?». El resultado ha sido claro: el 87% apoya esta propuesta (por cierto, no hace falta ser un gran técnico en encuestas para hacer críticas a la redacción de la pregunta).

Cuatro. Varios familiares y algunos conocidos tienen la amabilidad de preguntarme por mi postura. Mi respuesta está siendo en los siguientes términos: 1.-No tengo conocimientos jurídicos y, por otra parte, no conozco en qué términos se va a redactar la ley de amnistía, pero, con todas esas limitaciones, no es- toy de acuerdo con esa medida. 2.-El asunto que nos ocupa es tan serio y de tanta transcendencia que deberían repetirse las elecciones, y en la campaña electoral se deberían presentar y debatir las medidas políticas de cada partido para que los ciudadanos, con toda la información, pudiesen votar con criterio. 3.- En una situación política tan compleja y decisiva como la actual, soy partidario de un acuerdo entre los dos grandes partidos, la «vertebración» de España y la convivencia exige un amplio consenso. 4.-Defiendo la igualdad y la solidaridad entre comunidades y regiones. 5.-Leo y escucho a Alfonso Guerra y a Felipe González y, en general, me suenan bien sus consideraciones.

CODA. Para tratar de aclararme, he acudido a algunos textos clásicos: a «El laberinto español», de Gerald Brenan, a «España invertebrada», de Ortega y Gasset, y a Unamuno, que dijo que era «descabellado el empeño de discernir en un pueblo o en una cultura, en formación siempre, lo nativo de lo adventicio». Y como libro de cabecera tengo «Pensar España», de Juan Pablo Fusi.