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1En un artículo he citado algunas estrofas del uruguayo Mario Benedetti, permítanme que las repita. En el poema 'Te quiero' dijo: (…) Y en la calle codo a codo / somos mucho más que dos (…). Y en el poema 'Vamos juntos' indicó: Con tu puedo y con ... mi quiero / vamos juntos compañero.
Con motivo de la magnífica película de Juan Antonio Bayona 'La sociedad de la nieve', los medios de comunicación se han inundado de artículos refiriéndose a «la hazaña» o «el milagro» o el heroísmo de los 16 jóvenes uruguayos que vencieron dificultades inimaginables. Pues bien, con su permiso, también quiero decir algo sobre la gesta de los supervivientes de la tragedia de los Andes.
Pocas historias me han impresionado tanto. En su día, de niño, conocí el suceso, pero no fui consciente de lo que representaba. Años más tarde, en 1974, leí el libro ¡Viven!, de Paul Read, y también vi la película (1993). Pero ha sido ahora cuando he reflexionado, cuando me he sobrecogido como en pocas ocasiones. Al día siguiente del estreno fui al cine a ver en pantalla grande la película, y me impactó. En dos tardes, leí el libro de Pablo Vierci; no podía parar de leer. Y vi el documental 'Náufragos en los Andes', y también 'La sociedad de la nieve. ¿Quiénes fuimos en la montaña?'; y he visto todos los documentos que se incluyen en la página web lasociedaddelanieve.com; y he escuchado muchas de las entrevistas que han hecho a Nando Parrado, Roberto Canessa y a otros supervivientes. He aprendido mucho.
Vierci escribe: «La primera lección que aprenden los sobrevivientes es como una metáfora: el frío que entra por el boquete de atrás es gélido, pero si se abrazan, no mueren congelados. (…) A partir de ahí van dejando por el camino todos los prejuicios y mezquindades de la sociedad del llano. (…) Contrariamente a lo que predicen las ficciones apocalípticas no hace aparición la jauría humana, el 'sálvese el que pueda'. En lugar de ello asoma el espíritu solidario, donde lo prioritario es atender al más lastimado: la salvación es colectiva, con compasión y misericordia, porque cada vez que uno muere, todos se mueren un poco». El padre de uno de los jóvenes que no sobrevivió escribió lo siguiente: «Invitamos a todos los ciudadanos de nuestra patria a unos minutos de meditación sobre la inmensa lección de solidaridad, coraje y disciplina que nos han dejado estos chicos, y que ella nos sirva a todos, para aprender a dejar de lado nuestros mezquinos egoísmos, desmedidas ambiciones y desinterés por nuestros hermanos».
2. No se trata de una historia, es una lección de vida. Es una lección sobre la naturaleza humana y sobre el poder de un grupo unido. De los relatos de los supervivientes he aprendido más que de muchos libros de mi oficio: la Sociología y la Psicología Social. Y queda claro que la educación en valores, que debe transmitirse en la familia, en la escuela y en todos los ámbitos sociales, es fundamental para hacer una sociedad mejor, es el imprescindible cemento social que puede unirnos, y salvarnos. Efectivamente, como dijo León Felipe: Hombres / sobre hombros / De otros hombres / (…) Un día ya no habrá estrellas lejanas / ni perdidos horizontes.
El comportamiento de los jóvenes uruguayos es un ejemplo, un soplo de esperanza, contribuye a tener fe en el comportamiento humano: somos capaces de lo mejor, no siempre respondemos a lo que destacó Hobbes: «El hombre es un lobo para el hombre».
3. La historia, en ocasiones novelada, ha contado los comportamientos de los seres humanos en situaciones extremas. Así, entre otros, son de interés los siguientes textos: 'Los viajes de Shackleton a la Antártica', de A. Fortes. 'El naufragio de La Medusa', de A. Corréard y H. Savigny. 'En el corazón del mar', de Nathaniel Philbrick. 'Setenta días de noche: 33 mineros atrapados. Historia oculta de un rescate', de Emma Sepúlveda. También es fundamental, y estremecedor, el libro de Primo Levi 'Si esto es un hombre'. Relatando su experiencia en Auschwitz, dice: Los que vivís seguros / En vuestras casas caldeadas / (…) Considerad si es un hombre / Quien trabaja en el fango / Quien no conoce la paz / Quien lucha por la mitad de un panecillo / Quien muere por un sí o por un no.
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