La importancia del voluntariado social

Esos mensajes los entendemos muy bien cuando se trata de los más próximos: los de nuestra familia y nuestros amigos íntimos. También los practicamos en nuestro grupo. Sin embargo, nos cuesta más entenderlos, y ponerlos en práctica, cuando se trata de los otros, de los que están o sentimos más lejos.

En esta lógica, los padres ayudan a los hijos a crecer, y más tarde, estos, en correspondencia, ayudan a sus mayores cuando son ancianos o están enfermos (sí, no se me escapa que hay hijos ingratos). Y en la vida diaria también es común la ayuda entre amigos y entre buenos vecinos. Pues bien, hay mucha gente que va más allá de eso y ayuda a personas desconocidas, y lo hace sin pedir nada a cambio. Sí, en las sociedades humanas predomina la solidaridad, la ayuda mutua; es falso eso de que todo es egoísmo.

Dos. Se calcula que en España hay cerca de tres millones de personas voluntarias. Personas que, de forma desinteresada, colaboran en organizaciones sociales para ayudar en objetivos muy diversos: para proteger el medio ambiente, para que algunas actividades deportivas se puedan realizar, para conservar y difundir el patrimonio cultural, para ayudar ante un desastre…

Hoy, a través de esta tribuna, quiero destacar especialmente a todos los voluntarios sociales. Me refiero con ellos a los que se integran en organizaciones como Cruz Roja, El Banco de Alimentos, Cáritas, la Asociación de Donantes de Sangre… Así, por ejemplo, uno de mis alumnos da clase de español a niños inmigrantes. Y otro les ayuda en las tareas escolares. Un amigo acompaña a ancianos que están solos. Otro, mientras tanto, acompaña a personas enfermas.

Los voluntarios sociales son personas normales, personas como usted y como yo; hay mujeres y hombres; unos son jóvenes y otros son más mayores; unos son creyentes y otros no; les hay de derechas y les hay de izquierdas; unos dedican a esa tarea dos horas a la semana y otros pueden dedicar dos horas al día. Sí, son personas normales, pero son extraordinarias debido a que contribuyen a que el mundo sea mejor, a que la sociedad esté más cohesionada, a que exista en el mundo un poco menos sufrimiento, a que la gente no se quede atrás, a que nadie se quede atrás.

Tres. El voluntariado social se basa en la «cultura de la gratuidad». Se ayuda al otro porque se trata de un ser humano necesitado, no por ser alguien de la familia, el grupo o la tribu.

El voluntariado social significa hacer realidad los dos valores de la solidaridad, la justicia social y la igualdad.

Cuatro. Las organizaciones de voluntariado social tienen unas características fundamentales: Señalan las necesidades sociales (algunas de ellas están ocultas). Elaboran programas de actuación. Establecen estructuras de continuidad. Forman a los voluntarios. Se relacionan con las instituciones. Contratan a técnicos. Informan sobre los problemas sociales. Conciencian a la población. Encauzan la energía solidaria, y la multiplican.

Concluyo. Para hacer una sociedad mejor, resulta fundamental:

Que las instituciones desarrollen unos buenos Servicios Sociales que hagan realidad el Estado del Bienestar.

Que las organizaciones de voluntariado diseñen y organicen programas de acción social y, por otra parte, que animen a los ciudadanos a colaborar y participar en esos programas.

Que los ciudadanos de a pie, que la gente como usted y yo, aportemos nuestra ayuda.

En definitiva, hay muchas personas que necesitan ayuda (y todos nosotros en algún momento la vamos a necesitar), y hay mucha gente que quiere ayudar. Es preciso unir a esos dos grupos, y para ello es fundamental la labor de las organizaciones de voluntariado social.