Concursos hípicos

Seguro que muchos vecinos de cierta edad mantienen en su memoria aquellos espectáculos de hípica que, entre los años 50 y 60 del pasado siglo, eran un aliciente más de nuestras fiestas patronales en honor de la Virgen Grande. En su sección de El Diario, « ... Torrelavega al día», Paco Cayón, nuestro benemérito corresponsal y más adelante nombrado Cronista Oficial de la Ciudad, destacaba la importancia que tenía para la ciudad haber incorporado al programa de festejos los concursos hípicos. En los campos de El Malecón, este deporte que conjugaba la habilidad de los jinetes con la doma y bella estampa de las caballerías pasó a ser un nuevo atractivo para los torrelaveguenses. En el mes de agosto de 1954, para participar en las pruebas de aquel año, entre los jinetes, paisanos y militares, y alguna amazona, acudió por vez primera un joven, pero ya experto jinete, casi recién salido de la Academia de Toledo. Lo que entonces no podía imaginar aquel bisoño teniente de Infantería Sixto Marabini Bérriz, es que su huella en toda Cantabria llegaría a ser más profunda que la marcada por los cascos de su cabalgadura 'Acatar'. Desde este 'Soportal', queremos unirnos al homenaje que nuestro amigo Sixto, hoy ya un veterano coronel, presidente durante muchos años de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y Guardia Civil en Cantabria, recibirá el próximo día 13, festividad de San Hermenegildo, de sus compañeros, camaradas, jefes y amigos. Voces más autorizadas que la mía pueden acreditar los méritos de su brillante y fecunda hoja de servicios. No le han faltado en su vida militar y deportiva condecoraciones, copas y distinciones. Tan premiado fue en Torrelavega que el día 19 de julio de 1961, ante el altar de la Virgen de la Asunción, don Amable Pelayo, testificaba y bendecía los amores de la torrelaveguense doña María Antonia Trugeda con don Sixto Marabini ¿Acaso no ha sido éste vuestro mayor trofeo?