Va de festejos

Conflictos y confusiones burocráticas nunca faltan. Hasta las tenemos en nuestra Constitución con lo del Artículo 2 y eso de la unidad de la Nación española y la autonomía de las nacionalidades y regiones, e incluso con los derechos de las comunidades históricas. ¿Porque cuáles no tienen historia? Pero la cuestión es otra: ¿Vamos a divertirnos más o nuestras fiestas serán mejores por añadir calificativos? ¿Acaso no es la mejor distinción la que otorgan con su participación las peñas y los ciudadanos de todas las edades? Tanto el alcalde como la Corporación municipal pueden sentirse muy satisfechos. Las dificultades, a la vez, son siempre un estímulo.

¿Por qué no ir pensando ya en un recinto ferial para los festejos? ¿Y prevenir la contaminación acústica y hasta lumínica del agasajado vecindario? En cada momento, siempre tuvimos las mejores fiestas. ¡Ay aquella completa banda de música municipal! Hasta éramos internacionales: escoltadas y guiadas por los guardias municipales. ¿Quién no recuerda en nuestras calles los vistosos y atractivos desfiles de las Majorettes de Mont-Marsan y de otras localidades del país vecino?