Nuestra joya

Y no solo para Torrelavega y su comarca, sino para toda Cantabria, podemos decir con legítimo orgullo, bien alto y claro, que la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción es nuestra joya. Han transcurrido más de 130 años desde que en el Campo ... de Pomar dieron comienzo las obras del nuevo templo el 23 de junio de 1892. Así lo relatan los cronistas Pablo del Río, Izaguirre y, entre otros, Aurelio G. Cantalapiedra en las 'Noticias de la Vida Local' de su libro 'Torrelavega en el siglo XIX'. Tres meses después, el 25 de setiembre tenía lugar la bendición y colocación de la primera piedra. Al frente de la creada 'Junta para la construcción de la nueva Iglesia' estaba un hombre providencial, don Ceferino Calderón, el párroco, de altas cualidades morales y cívicas, al que apoyaron en su empeño un numeroso grupo entusiasta de comerciantes, industriales y personajes representativos de aquellos 7.000 habitantes del municipio. Los donativos espontáneos del vecindario muy pronto recibieron el impulso de importantes aportaciones y legados. La fe y la voluntad hicieron posible este templo cuyos planos firmó el célebre arquitecto bilbaíno José María Basterra. Hasta nosotros ha llegado desde la fecha de su inauguración el 15 de agosto de 1901. Templos de todos los credos no solo acogen y muestran la religiosidad de los pueblos, también son expresión de su cultura. Una nación laica como Francia vive volcada en recuperar su catedral de París, y los bellos templos ortodoxos continúan luciendo sus cúpulas y sus polícromos interiores en países sometidos hace años al credo comunista. Patrimonio de todos, creyentes o no, esta nuestra 'Notre Dame', hoy más nuestra que nunca, necesita ayuda… ¿por qué no abrir una suscripción popular? Ha sido ejemplar ese paso al frente dado por la Corporación municipal con una aportación de 260.000 euros. Para el pueblo de Torrelavega todo un honor poder aliviar las cicatrices que el tiempo ha dejado en nuestra joya neogótica.