Secciones
Servicios
Destacamos
Con la voladura controlada de las estructuras que albergan la caldera de carbón de la extinta empresa Sniace, quedarán reducidos a cenizas nada menos que 81 años de nuestra historia industrial. Tal como reflejaban las páginas de El Diario hace unos días, el proceso solo ... está pendiente de algún informe y del permiso definitivo. A estas alturas, después de haber sido testigos de la involución de la empresa, hoy esta explosiva noticia no es sorprendente, sino más bien esperada y hasta deseada. Completa en cierto modo la crónica de una muerte anunciada, reflejada en su producción, sus sanciones y deudas, los vaivenes bursátiles y sus conflictos sociales en el marco de una profunda reconversión industrial. Hace once años Sniace presentó un ERE que afectaba a toda su plantilla. Un mazazo irreversible.
Con más o menos fundamento, era muy evidente que Sniace nunca había tenido buena prensa: además de estar catalogada como una de las empresas más contaminantes de España por la toxicidad de sus vertidos, había sido creada en la postguerra por Suanzes, paisano y amigo de Franco, y los rumores decían que al amparo del INI colocaba a sus conocidos. ¿Era esa la verdad en aquel contexto? Muy posible, pero no toda la verdad. Hay que entreverla en el escenario de la época.
Aquel mundo laboral de miles de trabajadores y de un único sindicato vertical, formó familias, pudo educar y promocionar a sus hijos. Al fin, una meta deseada: conquista de las libertades ansiadas. El acceso a la vivienda pasó a ser un derecho. Sniace, como otras muchas, fue la empresa que pudo ser en aquel contexto. Conocí bastantes hogares de trabajadores y conservo la amistad de muchos; a otros los llevó el tiempo. Una fábrica de hidrógeno verde creará nuevos puestos de trabajo. Sniace ha muerto. ¿Buscaremos culpables? Hay un dicho muy expresivo: «Entre todos la mataron y ella sola se murió».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.