Turismo: ¿acogedoro disuasorio?

Tal como está el panorama industrial, la promoción del turismo en la comarca del Besaya, hoy por hoy, es posible que sea nuestra mejor opción. Esas esculturas de los cinco bisontes no es mal comienzo. Y no se trata de rivalizar con la capital. Ya ... bastante tenemos con el Racing aspirante a Primera y la Gimnástica buscando su ascenso. Al contrario, un honor poder cooperar en el desarrollo turístico de Cantabria. Incluso hasta fuimos pioneros: ¿no recuerdan cuando hace unos años surgió la idea de convertir nuestro ruinoso Palacio municipal en un parador nacional? Precisamente ahora, cuando estamos habilitando en la antigua Cámara de La Llama un novedoso ayuntamiento, quizás retomar el tema no sea una tontería. Pero bueno, no demos ideas, porque si se le ocurriera a Santander ofrecer el Palacio de La Magdalena ya no podríamos competir. Mejor no polemizar y cooperar. Santander tan solo con su hermosa y única bahía ya lo tiene todo, pero teme la masificación del turismo. Colaboremos. No contamos con la firma internacional de grandes arquitectos, pero podríamos ofertar pisos y apartamentos turísticos con los cientos de bajos desocupados en nuestra ciudad. ¿Y aparcamientos? Además de los ya existentes, el atractivo vendrá sobre todo con el del Ferial y La Carmencita, porque no serán disuasorios, sino acogedores. Lo de cobrar unos días sí y otros no, como proyectan en la reforma de El Sardinero, eso sí que es disuasorio total para no asomarse por allí; además, los días de partido no aparece la grúa y las aceras de la Avenida de Pontejos se llenan de coches: ¿un privilegio para animarnos a ser socios del Racing? No, en el Malecón, desde luego, no podríamos permitirnos ese lujo de gastar más de cuatro millones de euros en un aparcamiento que ya está hecho. Hasta van a resultar más listos y espabilados los pesadísimos 'gorrillas' de Sevilla: siempre te encuentran una plaza libre.