Alexa y las profecías

–Alexa, ¿en qué año llegará el AVE a Reinosa?

–Lo siento, no dispongo de esa información. Reinosa es la capital de Campoo y por ella pasa el Ebro. Que tengas un buen día.

–Alexa, ¿en qué año habrá un tren de altas prestaciones Santander-Bilbao?

–La línea Santander-Bilbao es de ancho métrico y se inauguró en 1896. Tiene una longitud de 118,6 kilómetros, de los que 40,7 están electrificados… –relató el aparato.

–No, no, Alexa –cortó Boris–. 'Tren de altas prestaciones Santander-Bilbao'.

–Lo siento, no dispongo de esa información. Te sugiero que te dirijas a la constructora de infraestructuras ferroviarias. Que tengas un buen día.

Aquello podía no acabar en toda la mañana, así que dejé de espiar el interrogatorio y entré en el salón.

–Qué, gato, ¿interesado en inversiones?

–Pues sí, me estoy documentando para esto de los análisis electorales. Quiero ganarme honradamente la sardina, no como tú, que opinas sin fundamento –replicó.

–Alexa no te puede hablar de más futuro que del pronóstico del tiempo, Boris. Además, querer saber cuándo se cumplirán meras promesas políticas que llevan tropecientos años rodando por los caminos mediáticos es imposible incluso para un ordenador cuántico.

–Pero se puede pronosticar lo que no va a ser –respondió con astucia.

–¿Cómo?

–Sí, yo te puedo garantizar, como gato parlamentante, que antes de 2030 no habrá AVE en Reinosa y que antes de 2050 no habría un tren nuevo a Bilbao, presumiendo que lo haya, cosa que voy a conceder porque soy aristogato, pero que solo creen algunas tribus del Amazonas.

–O sea, que eres profeta de lo improbable…

–… que es la verdadera profecía científica –explicó–, la que descarta cosas.

–¿Y cuál sería su utilidad? –pregunté.

Me miró de arriba abajo con un rictus de desaprobación.

–Es infalible para leer programas electorales y seguir las campañas. Te lo tengo que explicar todo, Nin.

–Pues no lo acabo de ver.

–Sí, hombre. Se puede afirmar científicamente lo que no va a suceder por mucho que lo prometan.

Pero algo acabarán haciendo –repuse.

–Sí, desde luego. Explicarán por qué no lo han hecho y prometerán que lo harán en la próxima. Eso te lo profetizo al 100% de probabilidades, no se conocen excepciones en todo el registro histórico.

Me giré hacia el cacharro y pregunté:

–Alexa, ¿pueden los gatos hablar?

–Es posible que los gatos no hablen realmente, pero tienen un amplio vocabulario de maullidos y otros sonidos, así como una amplia gama de lenguaje corporal –contestó la interpelada.

–Definitivamente no podemos consultar a esta experta, a ver qué dice el profeta Tezanos –se resignó Boris.