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Amedida que se acerca la pegada de carteles, el gato Boris se va metiendo un su papel de comentarista (aunque, sin el premio en sardinas, ni se molestaría en leer los titulares).

–Así que Podemos, ¿eh? – preguntó tras echar un vistazo a la pantalla ... donde brillaba una página de internet con una reciente encuesta.

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