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Atotogar

Algunas palabras caídas en desuso resultan de difícil averiguación, tanto sobre su etimología, como sobre la amplitud de su empleo efectivo

Domingo, 2 de febrero 2025, 07:37

Con razón el libro del profesor Peña Arce sobre el léxico del español de Cantabria se titula 'Tesoro' (2023). No solo por evocar el clásico 'Tesoro de la lengua castellana o española' de Sebastián de Covarrubias (1611), sino por poner en primer término su tesis ... más importante: la gran riqueza léxica, es decir, de palabras y sentidos propios, del modo de hablar en nuestra tierra la lengua española que más españoles (y no españoles) hablan. Como el espacio cántabro contemporáneo es prácticamente la mitad de lo que era el territorio de las tribus cántabras que encontraron griegos y romanos, y como la vida rural ha ido a un mismo tiempo menguando (por la evolución económica) y modernizándose (con la educación básica, el transporte, los medios de comunicación masivos), lo que se une a una masa crítica de investigadores de la lengua que, lógicamente, nunca ha podido ser grande, el resultado es que muchos testimonios han ido escaseando para documentar las variedades cántabras. Hay que buscar en libros y hemerotecas, en la memoria de los mayores, o en la de más jóvenes que a los mayores escucharon en su día, para juntar pruebas de que tal o cual vocablo se empleó efectivamente. 'Atotegar' y 'atotogarse', que figuran en la mencionada obra (que además reconoce, cita y aprovecha todos los léxicos anteriores), son por ejemplo palabras de documentación muy limitada. Significan, la primera, «engalanar, preparar con esmero» y, la segunda, «engalanarse, envolverse». Posiblemente se aproxime al 100% el porcentaje de cántabros que ni las han usado ni, como yo mismo antes de hallarlas en el libro, las han conocido siquiera. La etimología quizá no sea muy recóndita: el verbo latino 'tego, texi, tectum', del que vienen 'techo' y 'toga', significaba «cubrir» y «ocultar», lo que concuerda algo con el valor de adornarse o envolverse en algo. La forma 'tote' sería una asimilación procedente de la forma más genuina y antigua y reduplicada en 'toto', con el valor de 'toga'. Atotogarse sería ponerse la toga metafóricamente, vestirse de manera solemne. Naturalmente, no habrá demostración fehaciente de esta teoría sin hallar las huellas caminantes.

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