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Palabras en el olvido

Esconcejonarse

La fuerza onomatopéyica es uno de los puntos más interesantes del español de Cantabria, con el sonido sugiriendo el sentido

Domingo, 25 de agosto 2024, 07:40

El verbo «esconcejonar» figura en los léxicos montañeses con dos significados fundamentales. El primero, «descomponerse un objeto hasta quedar en estado desastroso»; el segundo, ya más ganadero, «romperse un animal el corvejón», percance grave en la articulación de las extremidades posteriores. (Si en las patas ... delanteras hay «rodillas», en las traseras hay «corvejones», donde se curvan). Ya la aplicación de «esconcejonarse» a una vaca o caballo nos transmite la idea de un desmoronamiento algo catastrófico, que requiere intervención muy reparadora. Pero en el uso para la descomposición de un objeto alcanza una sonoridad casi insuperable. Al oír «esconcejonarse», oímos al mismo tiempo cómo el objeto se esconcejona y se arruina. La fuerza onomatopéyica es uno de los puntos más interesantes del español de Cantabria, con el sonido sugiriendo el sentido. Y en este caso esa virtud brilla especialmente. Por otro lado, el esconcejonarse del objeto es un fenómeno total y avasallador, mientras que el de un animal es solamente una lesión parcial, aunque seria. En consecuencia, abogo por recuperar esta olvidada palabra en la acepción más general o objetiva: para algo que va perdiendo su estructura y va quedar como un resto inoperante. Llamo su atención sobre el arte verbal: la secuencia vocálica es armoniosa: e-o, e-o, a-e. La palabra comienza con un grupo e-s y termina simétricamente con un grupo s-e. Hay en el interior dos grupos 'on' y dos sonidos fuertes, la 'c' que suena como 'k' y la jota. Estas repeticiones, simetrías y alternancias de consonantes recias y suaves nos hacen preguntarnos por el parentesco del lenguaje humano con los signos comunicativos de otros artistas del sonido, como las aves. Quizá el rasgo más importante de nuestra especie a este respecto sea que somos capaces de distinguir entre retórica y canción, mientras que otras no han alcanzado ese umbral. El problema aquí ha sido el irreversible esconcejonarse de la propia manera de hablar, a causa de la mudanza de civilización en las últimas cuatro generaciones. Por fortuna, algunos amantes de las tradiciones verbales han conservado al menos las referencias, que ahora podríamos reutilizar. ¡Antes de que se esconcejone todo!

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