Mariscadas ancestrales

Es sabido que una parte de la paga a los trabajadores que construían las pirámides egipcias era en especie: una determinada cantidad de cerveza. Puede uno imaginarse al faraón, un día de calor, tras inspeccionar la marcha de las obras con su arquitecto jefe, diciendo: «Qué, señores, ¿unas cañitas por Osiris?» La cerveza ha sido también una gran civilizadora, que presupone la agricultura y cierta intuición química, factores todavía omnipresentes en nuestra vida cotidiana.

Cantabria fue tierra de neandertales (no haré la esperabilísima broma de que todavía lo es, aunque en sentido genético quizá no sea broma, pues parece que todos tenemos, según la ciencia, algún rasgo de ADN derivado del mix ancestral), pero esto todavía no lo hemos 'puesto en valor', expresión que se usa ahora para no decir 'destacado', participio en riesgo de exclusión social. Ha sido reciente celebridad una pieza premolar hallada en la Cueva del Castillo, en Puente Viesgo. Estaba un poco lejos de los cámbaros, pero hemos de contar con la movilidad de aquellos grupos: Pas abajo, llegarían pronto a Mogro y alrededores, o donde estuviese entonces la costa, que seguramente no era el lugar actual, ya que una época más fría supone una costa más hacia el norte. Cantabria fue humanizada por las mariscadas más que por el arte. Esto nos lleva a conjeturar que los bisontes de Altamira no eran ni dioses totémicos ni constelaciones tuneadas, sino el albarán del carnicero. La Historia no empezó en Monzón de Campos.