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Palabras en el olvido

Pedir los perdones

Solidaridad de romeros montañeses y un intuitivo Estado de Bienestar a base de azúcares y frutos secos

Domingo, 3 de marzo 2024, 07:39

«Pedir los perdones», explica en 1922 García-Lomas, «se dice en la Montaña, cuando los que no han ido a la romería piden, a los que vienen de ella, avellanas o 'suspiros' de los que traen envueltos en el pañuelo». Autoridades literarias: Pereda («ni ... moza ni zagal se retirará a la tarde sin cargar el pañuelo de perdones») y José Díaz de Quijano («algunas nogaleñas salían al camino a esperar a los que volvían de las Brañas, y les pedían los perdones»). En 1907, Eduardo de Huidobro había ratificado: avellanas y rosquillas para quienes se perdieron la romería. Hay cierta evolución. El Diccionario de Autoridades (1737) indica que se solicita a los religiosos «que den a besar los perdones, quando se les pide la manga». En 1869, el suplemento al gran diccionario romántico de la lengua española del liberal gallego Ramón Joaquín Domínguez recoge como provincialismo, sin mencionar Santander: «Las cosas de comer que se venden en los puestos de ciertas romerías».

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