Borrar
Opinión

Piquíos, poyas y samios

Palabras en el olvido ·

De la proa panorámica a la carcoma del maíz, el pago en especie en los hornos públicos y un samio que no era como Pitágoras o Epicuro.

Domingo, 28 de abril 2024, 07:39

Piquío es un emblema turístico de Santander. Peñasco adelantado que en pleamar divide playas Primera y Segunda, para volver a sumarlas en bajamar, es notable mirador panorámico. Informa el Ayuntamiento que sus jardines se crearon en 1925 sobre la roca llamada 'del Piquillo'; un pico ... pequeño. Pero por entonces, García-Lomas, en su léxico montañés, recogía que, en Iguña, Buelna y Anievas, 'piquío' era la carcoma del maíz, es decir, escarabajos que se ganan su pan metiendo el piquillo en el de otros. En ulterior edición, Buelna desaparece y la víctima es el maíz 'almacenado'. Habría además una remisión desde esta entrada a las voces 'samio' y 'poya'. El samio siempre había sido, en dos siglos de diccionarios académicos, el natural de la isla de Samos, como Pitágoras, Epicuro o Aristarco. Mas en García-Lomas era «enfermedad del maíz», vocablo derivado de «samia: género de insectos coleópteros». Una relación más espesa resultaba la de 'poya': en Pas y Riomiera, «polvillo escamoso que se desprende del maíz». En el 'Diccionario de Autoridades' (1737) era, en cambio, «derecho que se paga en pan en el horno común», y de ahí 'horno de poya' y 'pan de poya' (y por ello 'poyar' era 'pagar la poya'). Esta 'poya' vendría del griego 'apódeixis', prueba; pero no demos esto por apodíctico.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Piquíos, poyas y samios