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Por casualidad he caído sobre el primer número de la revista 'Cuadernos Hispanoamericanos', de 1948, que dirigía Pedro Laín Entralgo con voluntad de puente transatlántico. Habían pasado casi diez años desde la guerra civil, y la mundial la habían recientemente perdido los antiguos apoyos de ... Franco. España ha sido excluida de todos los foros de la ONU, mediante la resolución 39 de su Asamblea General en 1946. Pintan bastos diplomáticos.
La revista celebra la importancia de los cursos de la Universidad Internacional 'Menéndez Pelayo' desarrollados en verano de 1947 en Santander. Unos trescientos estudiantes españoles y extranjeros han seguido cursos de Humanidades, Ciencias Biológicas (Medicina) y Problemas Contemporáneos. Era el primer curso oficial, tras el decreto de 1945 para su creación. Sin duda, en una España aislada, ofrecer una universidad 'internacional' era una inversión en la imagen del país. Y para una ciudad que se había calcinado en 1941, lo universitario era también revulsivo. Interés santanderino y necesidad española convergían.
Las clases se impartieron en la Residencia de Monte Corbán, Valdecilla y la Universidad. Anteriormente se habían dado cursos a extranjeros en el Hospital de San Rafael (hoy Parlamento), remozado hacia 1944. En este año 1947, oficialmente inaugural de la UIMP, una novedad fueron los cursos de periodismo, que se elevaron a nivel universitario y contaron con directores de la prensa local. Era un momento político crucial para el régimen, ya que a principios de julio se había 'aprobado' en referéndum la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado. La UIMP, a su modo 'restauración', por sentido de continuidad, de universidades estacionales previas (la Internacional de Verano y la Católica de Cazoña, cuyo promotor Herrera Oria había sido consagrado obispo en junio), se estrenó así con la 'restauración' de España como Reino, aunque quedaba claro que el jefe era Franco y él elegiría a la persona que habría de ser Rey algún día. Esto bloqueó las posibilidades de Don Juan de Borbón y, como no podía retornar a La Magdalena, consintió en 1949 que se utilizase para la UIMP. Así de aquel referéndum 'fake' surgió la traslación, no solo geográfica sino también simbólica, de Corbán a la península, de seminario a palacio, del monte al acantilado.
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