Tarde vino el gato a la longaniza

–¡Trae chocolate relleno de vodka! –pedía en uno de ellos.

–Boris, eso podría ir contra la Ley de Bienestar Animal –tecleé.

–Qué sabrá el Gobierno de mi bienestar… Pues relleno de otra cosa –sustituyó.

–Vale, a mi criterio gourmet y sin pasarse del presupuesto de chuches. Mañana te veo y…

–No cortes, Nin. Tenemos que hablar de los debates –interrumpió.

–Bueno, nada que no supiéramos ya. Color de vestido o traje. Quién estaba o no nervioso. Mítines minutados y concertados. Lo normal.

–No seas tan soso, hombre –presionó.

–¿Pues qué dirías tú?

–Que la cosa está apretada para ver quién tendrá la iniciativa el día 29 lunes. El mensaje de Revilla me resultó menos razonado que el de Buruaga.

–¿Y eso, gato?

–Porque lanza el «viene Vox», pero no dice lo sencillo que despejaría el temor: «Oye, Buruaga, aquí estoy yo y nos pondremos de acuerdo, y ni Vox ni Podemos condicionarán la autonomía de Cantabria».

–No, la verdad es que no le he oído decirlo –admití.

–Pero eso es como confesar «ya me arreglaré yo con Podemos si no sumo con el PSOE».

–Que es, Boris, lo que auguran varias encuestas, discutidas –observé.

–Pero, humano, esto es avalar el argumento de quienes advierten contra la potencial llegada de Podemos al Gobierno regional. Es dar la razón al competidor, así que no lo entiendo, quizá porque la astucia de gato es superior a la vuestra –dijo en cierto corrosivo tono.

–No creas, hay mucho zorro y ahora incluso lobos –respondí.

–Pues yo veo hasta a oscuras que Podemos quiere silla en Peña Herbosa. Ya no van de pagafantas.

–Gato, contén la lengua, que en estos días los lectores andan muy sensibles.

–¿Y tú cómo lo ves desde dentro del continente?

–Pues diría como el capitán Haddock: mil rayos y truenos, marinero de agua dulce, bachi-bukuz de los Cárpatos, Atila de guardarropía, cordero mal peinado, calabacín diplomado…

–No te sigo. ¿Pero quién ganó?

–Boris, los debates siempre los ganan los mismos: quienes los organizan y se procuran los honores comerciales de la audiencia y profesionales del servicio público. Los participantes van, sobre todo, a no perder, como aquel Racing de Maguregui que era una muralla china.

–Pues yo he encontrado esto sobre balances políticos, en tu libro de proverbios de Gonzalo de Correas: «Tarde vino el gato a la longaniza».

–Sí, es curioso que algo totalmente prefijado desde cuatro años antes se deba solventar en los últimos cuatro minutos. La longaniza siempre es futurible y siempre vamos tarde, Boris –me despedí.

–Somos un tren de Cercanías –tecleó.