Secciones
Servicios
Destacamos
Nuestra tradición filosófica de profunda herencia aristotélica –esa manera 'cuadriculada' de mirar y ordenar el mundo en categorías– nos impide comprender China y su frecuente eclecticismo. Uno de los paradigmas de esa hibridación chinesca que –literalmente– «rompe nuestros esquemas mentales» es el modelo económico que ... tienen montado los chinos. ¿Queda algo de comunismo en China?, nos preguntamos. ¿Por qué insisten en llamarlo 'socialismo de mercado' cuando parece imperar un capitalismo rampante? El capitalismo es el sistema económico mayoritariamente adoptado en el mundo, mientras que muy pocos países (Laos, China, Cuba y Vietnam) se autoproclaman socialistas o dicen seguir abiertamente los dictados doctrinales de Marx y Lenin. Dicho esto, debemos partir de un hecho taxativo: ningún país es 100% capitalista (como ninguno es tampoco 100% comunista). Todas las economías del mundo combinan características de uno y otro sistema. Estados Unidos, adalid del capitalismo, no está siquiera entre las 20 economías más abiertas del mundo y España ocupa el 51º puesto, siendo Singapur el campeón entre los capitalistas (según el ranking de Libertad Económica de la Fundación Heritage).
Los partidarios del capitalismo liberal critican del comunismo el intervencionismo y la deceleración económica que provocan las excesivas cargas fiscales con las que proveer de programas sociales a toda la población. Sin embargo, paradójicamente, aunque uno de los pilares del comunismo es que todos los ciudadanos deben disfrutar de suficientes oportunidades para vivir y sobrevivir, el Partido Comunista Chino no planea actualmente proveer a la población de una renta mínima vital equivalente a la que ya concede 565€ mensuales a cualquier ciudadano español que carezca de recursos económicos básicos para cubrir sus necesidades elementales. Por su parte, al capitalismo se le critica las dinámicas poco igualitarias que genera la mecánica de mercado, la división de la ciudadanía en clases socioeconómicas y las disparidades de renta. Pese a ello, sorprende que España, siendo un país capitalista, tenga una mejor distribución de renta que China. De manera igual de contraintuitiva, China es ya el primer exportador global y primer socio comercial de más de 150 países en todo el mundo, pese a que hay países con economías mucho más abiertas a la suya.
¿Y la propiedad privada? Aunque la República Popular de China está gobernada por el Partido Comunista, el Art. 13 de su constitución reconoce la «inviolabilidad» de la propiedad privada de los ciudadanos chinos, de manera que la usurpación (tipificada en el art. 245 de nuestro Código Penal, y conocida coloquialmente como 'okupación') es, sencillamente, inconcebible como delito leve en China. Hace apenas unas semanas, viralizaba en las redes sociales del gigante asiático la noticia de una 'okupación' padecida por unos chinos afincados en España, ante el absoluto estupor de los internautas chinos, para los cuales la inviolabilidad de la propiedad privada es, allí, un axioma. ¿Y el sector público? En un sistema comunista este tiene un papel protagonista en la actividad económica para, así, poder garantizar la distribución equitativa de la riqueza mediante impuestos, el reparto del gasto y la intervención programática en la economía. Pues bien, mientras en 2022 el sector público alcazaba un récord histórico en España, convirtiéndose –con un 22%– en el principal motor económico de nuestro país, en China rozaba el 16%. Algo similar sucede con los empleados públicos, que representan el 17% del total de la población activa española (según la última encuesta del INE). En China, con un 20% de funcionarios públicos, se ha popularizado la cifra '56789' para ilustrar el enorme peso del sector privado en su economía, que ya representa el 50% de los ingresos fiscales, el 60% del PIB y la inversión, el 70% de la innovación y el crecimiento industrial, el 80% de los empleos y el 90% de todas las empresas registradas. Precisamente, conocedor del espíritu emprendedor característico de sus ciudadanos y de la preferencia de estos por trabajar por cuenta propia antes que ajena, el gobierno chino lleva décadas incentivando el emprendimiento y un ambiente de negocios propicio al desarrollo del talento empresarial. Mientras en España el espíritu emprendedor y el talento empresarial parecen estar en retroceso (pues, según un reciente sondeo, 3 de 4 españoles aspira a ser funcionario), en China el 37% de la población china –casi 276 millones de trabajadores– son autónomos y no hay una preferencia mayoritaria por la función pública.
Cantaba Don Ramón de Campoamor:: «Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira». Merece la pena, a menudo, quitarnos las gafas de nuestras «creencias» y echar un vistazo -desnudo- a la realidad palmaria que se muestra ante nosotros. Y decidir, entonces, de qué color es lo que vemos antes de proceder a etiquetar o categorizar.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.