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Hic Sunt Deacones

Donde pintaban todas las alas de mariposa

Desde hace tres mil años, como hoy: sin industria, no hay soberanía

Sábado, 12 de abril 2025, 07:42

La idea de China como una gigantesca «fábrica» no es nueva. En una nación que siempre fue colosal y muy poblada, mucho antes de la ... globalización moderna, China ya era un titán productivo, con redes complejas de manufactura, comercio interno y externo, así como ciudades altamente especializadas en productos concretos. La industria mundial de la seda nació y creció en las ciudades chinas de Suzhou y Hangzhou, donde miles de talleres familiares se dedicaron durante siglos a la producción de cantidades inmensas del preciado material, tanto para el comercio interno como para la exportación a través de la Ruta de la Seda. En Luoyang se produjeron durante siglos millones de armas para los ejércitos que guerrearon dentro y fuera del país. Qufu, ciudad famosa por ser la patria de Confucio, también fue conocida durante milenios por sus talleres dedicados a la producción en masa de material de escritura. La ciudad de Quanzhou albergó durante siglos los mayores astilleros del planeta, donde se armaban aquellos formidables «juncos chinos» de más de 130 metros de eslora y capaces de transportar a 700 personas para la exploración marítima y comercial, mucho antes de que nuestras carabelas, con no más de 20 metros y dos docenas de hombres a bordo, cruzasen el Atlántico. Wuxi se especializó en la fabricación de algodón hilado y tejidos de uso diario, mientras Dongyang se especializó en la producción de muebles para todo el Imperio, Yangzhou en el procesamiento de la sal o Kaifeng en la manufactura de papel moneda e impresión masiva de textos.

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