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He venido a hablar de mi libro

HIC SUNT DRACONES ·

Observar el arroz crecer es una manera de mirar el futuro y su prometida abundancia

Sábado, 11 de febrero 2023, 07:40

La obra maestra de García Márquez 'Cien años de soledad' pudo haberse titulado 'La casa'; '1984', de George Orwell, estuvo a punto de publicarse bajo el título 'El último hombre de Europa' y, si la viuda de Hemingway no lo hubiese evitado, el libro 'París ... era una fiesta' lo conoceríamos como 'Las buenas uñas son de hierro'. Publicar un libro siempre es un ejercicio de valentía (y de vanidad). Uno trabaja en solitario durante semanas, meses e, incluso, años, juntando palabras para dar con la mejor manera de captar una idea y transmitirla. Piensa, repiensa, mastica, rumia, corrige, vuelve a corregir hasta que, por fin, sale a la luz un manuscrito que –con suficiente suerte– acaba siendo publicado. El nombre que bautiza a un libro importa, pues se convierte en anzuelo e invitación a la lectura. Lo inmortaliza o lo defenestra. Lo hace destacar o lo deja en la estacada.

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