Caimán de juguete

«Se acabó muchacho», le debió de decir el sedicioso-malversador citado que preside su partido que no sólo tiene las manos desolladas de mover tanto muñeco si no que también las tiene así de frotárselas esperando la amnistía como el Santo Advenimiento.

Las elecciones del domingo no pudieron resultar más enrevesadas, como corresponde en Cataluña. Todo es complicado en esa bendita tierra, pero esta vez se trata de un lío de tal magnitud que probablemente el destino ha tenido en cuenta que ¿lo vais a repetir? Pues repetirlo, eso sí con presidente del Parlamento no separatista y perdiendo la mayoría. Un tanto dificilillo.

Se observa el dichoso 'procés' como 'Rumbo a Tombuctu' de Mark Jenkins y Mike Moe que ni llegaron por el desierto, ni pudieron hacerlo por el Níger abarrotado de cocodrilos, hipopótamos y rápidos enloquecidos. A ellos les parecía aquello también facilito, pero se trataba de algo imposible por muy bonito que lo pusieran. La verdad es que cuando se observa al nuevo Parlamento catalán y su distribución en multipartidos da pena que sean imposibles determinadas combinaciones entre gente que defiende España y nuestra Constitución sin que nadie llegue a plantearse por ejemplo que PSOE+PP+Vox sumarían 68, la mayoría, aunque sólo fuera para investir nuevo presidente a Illa, el líder socialista, tras su amplia victoria.

Podemos imaginar la mirada estupefacta de Suárez, Carrillo y Fraga, ahora desde lejos, que no pueden explicarse cómo no se defiende la Constitución de todos que tanto costó redactar. Como tampoco se comprende esa monserga de partidos 'antiespañoles' formando parte de nuestros parlamentos y cobrando de ellos, ni lo de partidos 'anticonstitucionales' habiendo tenido que jurar o prometer nuestra Carta Magna. Pero, ¿quién entiende nada?